09 de novembre, 2009

Moon (Duncan Jones)


“Moon” està bé. I “estar bé” no és poca cosa enmig de la deixalleria que tenim per cartellera. Noti’s, tanmateix, que dir que “Moon” està bé és dir, simultàniament, que està sobrevalorada. Que no és l’hòstia, demencial, tremenda, que no és el non plus ultra de la ciència ficció, vaja. No, no. Està bé. Stop.

Duncan Jones fa honor a l’arbre genealògic ―és fill del David Bowie― i situa el set de rodatge a les rodalies galàctiques immediates. Bastant més immediates, de fet, que el Mart de Ziggy Stardust i les seves aranyes. I bastant menys psicodèliques. Modestament, la Lluna. Reconstruïda, això sí, en un plató londinenc que s’ajustés al no menys modest pressupost, sens dubte la dimensió més meritòria d’aquest projecte indie ―a saber: la tensió entre la bona factura i la despesa, el que les lleis del mercat anomenen relació qualitat / preu.

El guió de dobles, clons, fantasmes i falses identitats que Nathan Parker fa orbitar al voltant de l’astronauta Sam Bell és efectiu i intel•ligent i, quan s’enfarfega una mica, el pes específic de la interpretació de Rockwell sustenta de sobra qualsevol imprecisió, i fa que la peli acabi essent una digníssima descendent dins l’estirp del cinema de desdoblament (vegi’s “Inseparables” o “El ladrón de orquídeas”). Si sortim a buscar un referent clar, però, arribem ràpid al 2001 de Kubrick. Començant per la buscada estètica retro i acabant per Gerty, el segon protagonista en discòrdia, la màquina (que no la dona) al darrera del gran home, una versió moralment millorada del Hal 9000, de qui ha heretat l’encant però no la deficient percepció del bé i el mal. I ―atenció― amb la veu del Kevin Spacey.

Altres cables que “Moon” tira: “Desafío Total”, “Blade Runner” i, per extensió, tota la ciència-ficció entorn la memòria i la implantació de records; el cinema de ciència-ficció dels 70 i 80 de contingut humà, massa humà (“Alien, el 8º pasajero”, “Naves misteriosas”, “Atmósfera cero”).

No vull oblidar-me de la cuidadíssima banda sonora, a càrrec de Clint Mansell, que ja busco com un desesperat a les meves xarxes p2p.

I és que, certament, és gratificant que algú torni a entendre la ciència-ficció com el que havia sigut quan realment va ser gran: com un poderós artefacte genèric per a pensar l’home. Però, coi, hom va al cinema esperant cagar-se al damunt de plaer i surt dient, en fi, ja sabeu, per sort, com a mínim, què volies... Està bé.

06 de novembre, 2009

L’ESCENARI UNDERCLOT COMENÇA LA TEMPORADA: CARGOLÉ



Passa tan sovint que propostes off-off-Broadway acaben convertides en delicioses sorpreses, que potser faríem bé de començar a tenir-les per norma i no per excepció. CARGOLÉ neix com l'aposta personal del Caracolita (Carlos Pérez) de crear una banda que enllaci, en les seves pròpies paraules, el caràcter i la sensibilitat de les guitarres flamenca i contemporània. Per a fer-ho possible, el Caracolita s'acompanya d'un fretless de sis cordes per gentilesa de Sergio di Finizio, de les percusions del Nando Herèdia i del violí d'Emiliano Guglielmino, a més dels cantes de la Laura i el Marcos, els darrers fitxatges. A destacar les composicions pròpies, sòlides, suggeridores, més que notables, i, sobretot, els intèrprets. La qualitat individual de cada un d’ells ja és de per sí aclaparadora, però és amb el cocktail complet que la proposta agafa volada de debò.
El seu primer treball es diu “VIAJE A NINGUNA PARTE”, i ja està disponible (el podeu escoltar a: http://www.myspace.com/cargole). Justament amb motiu de l’aparició d’aquest treball, els CARGOLÉ han incrementat la freqüència dels seus bolos, així que no teniu excusa. El passat 31 d’octubre a l’escenari Underclot de l’Ateneu del Clot (al carrer muntanya 16), els vam poder gaudir (malauradament sense Guglielmino, que es recupera d’una lesió que li impedeix, de moment, agafa l’arc del violí). Underclot estava a rebentar com poques vegades, en part a causa de l’expectació creada entorn d’aquest primer treball. I ells no van decebre, per bé que el públic no hagués fet lletjos a vint minuts més de bolo.
Podreu veure’ls al Teatre Municipal de l’Ateneu d’Igualada (7 de novembre, 22:00), al RAI Barcelona (22 de novembre, 19:00), Inusual Project Raval (19 de desembre, 23:00), el Coleccionista Barcelona (8 de gener, 22:00).

03 de novembre, 2009

Hipermedia: obsolescencia y desvanecimiento




Del text de Doménico Chiappe: Hipermedismo, narrativa para la virtualidad


La democratización de la cultura implica la pérdida de poder de quienes lo monopolizan, como lo demuestra el balance de los monasterios benedictinos en la Edad Media, cuyo estancamiento coincide con la invención de la imprenta, que produjo «la formación de las bibliotecas privadas y la extensión de las fuentes de información más allá del sermón y la universidad, y hacia una elección individual de las lecturas». En ese tiempo, «la tecnología de la escritura había penetrado profundamente en la estructura social y económica de la comunidad monástica. [...] Los monasterios benedictinos muestran una curva de crecimiento desde el 500 hasta el 1000 d. C., siendo claramente ascendente hacia el milenio, seguido por un envidiable crecimiento que mantiene la prosperidad desde el 1000 al 1500; sin embargo, los últimos quinientos años -la edad de la imprenta- muestran unos resultados más heterogéneos». Hoy día, los autores y editores encuentran más económica la publicación en formato electrónico, pero no logran recuperar la inversión con la venta directa de la obra y no logran una mejor difusión que la que obtendrían si la publicaran en formato códice. En parte porque los canales del mercado lo impiden pero, sobre todo, porque el acceso a la tecnología está vedado, por un costo prohibitivo para algunas realidades, a la gran mayoría de la población mundial.

La cultura hipermedia ha multiplicado el valor de la información, entendida como «un recurso eminentemente virtual, puesto que no se agota con el uso, y puesto que su valor reside en su potencial para crear riqueza». En teoría «internet es el paradigma de la convergencia de todas las sustancias expresivas, un canal flexible que admite todo tipo de informaciones y relatos, el soporte de los soportes que puede albergar a todos los medios de comunicación existentes, sean o no interactivos». En teoría también los bancos de información virtuales cumplen con los mismos fines que las bibliotecas, que «son simples manifestaciones de un proyecto cultural más amplio: hacer que el conocimiento esté disponible en acceso no lineal en todas las formas posibles». Pero la falta de sistemas discriminadores para hallar la información en el ciberespacio dificulta la utilización de esta fuente de conocimiento.

Para utilizar la información depositada en los bancos de contenidos, se requiere facilidad y rapidez para indagar, cualidades que han desarrollado «buscadores» comerciales de internet. Como dice O'Donnell, «lo que estaré dispuesto a pagar cuando los océanos de datos salpiquen mi puerta será la ayuda para encontrar y filtrar esa inundación para satisfacer mis necesidades». No obstante, estos servicios jerarquizan la información según parámetros no transparentes de clasificación. Es cierto que internet ha inaugurado una nueva era de lectura, pero surge la paradoja de que la mayoría de la gente prefiere que una máquina lea en su lugar, aún cuando la mayoría de los textos han sido escritos para ser leídos de manera lineal. Con la ayuda de los buscadores ya no resulta imprescindible la lectura para hallar un dato, menos aún para intentar una interpretación. «Nadie de nosotros puede soñar con leer ni una mínima fracción del total de páginas de la Web, pero analizando las estructuras de enlaces que unen todas esas páginas, Google es capaz de extraer conclusiones automatizadas sobre la relevancia relativa de distintas páginas frente a distintos argumentos de búsqueda. Ninguno de nosotros se tragará jamás el corpus completo, pero Google puede digerirlo para nosotros». El tiempo para alcanzar la información se acorta magníficamente, pero no consta cuál es la calidad de los contenidos.

En los países desarrollados el índice de usuarios de internet aún está lejos de ser absoluto, pero las cifras ascienden cada año. Sin embargo, para que en un futuro los lectores del primer mundo puedan prescindir de las bibliotecas, el ciberespacio deberá perfeccionar su sistema: catalogación organizada, compromiso de conservación, sistema de apoyo en las búsquedas, filtros establecidos por los bibliotecarios, pues «de forma muy acelerada, se ha pasado de la carencia a la sobreabundancia -en la población privilegiada del planeta [...] La tecnología proporciona una asombrosa capacidad de ver, pero no de volver a ver, de hacer memoria de lo que se ve; de ahí esta percepción caleidoscópica del mundo [...] La tecnología de información digital -fijémonos en su manifestación más llamativa: la red- ha creado una inmensa cuenca en donde verter sin freno información. Difícilmente se habría podido imaginar hace años un contenedor tan fenomenal de información indiscriminada, tanto en sus contenidos como en sus códigos [...] La sociedad sobreinformada tiene un reto: [...] confinar la información» y discriminarla con patrones transparentes para el usuario, que a su vez tendrá que clasificarla según las intenciones (comerciales, políticas, morales) del buscador.

Las dificultades entrañadas por la forma en que se accede a la información en internet se multiplica con el enfrentamiento constante entre el contenido hipermedia y la máquina que lo confina. El hipermedismo tiene el reto de no desaparecer junto a un soporte expuesto a una rápida obsolescencia. «Hay que aceptar ya que una nueva arqueología aparece con estas tecnologías: la que se dedica a recuperar, ya no bajo la tierra, sino bajo la obsolescencia, información valiosa que ha quedado atrapada en soportes y aparatos fuera de uso».

Además de la obsolescencia, los hipertextos se enfrentan a otro fenómeno que atenta contra la pervivencia de lo escrito en formato digital: el desvanecimiento. El desvanecimiento es la desaparición del texto. La página web que ya no se puede encontrar, de la que no hay pistas, que se desvaneció del servidor que la tenía alojada y de los buscadores que la referían, aunque persista su referencia en algunos glosarios o índices digitales. El ciberespacio no funge como biblioteca. No se preocupa por el cuidado de los libros que ha ido adquiriendo con el tiempo. Ahora las obras mueren, atacadas por la falta de presupuesto o el aburrimiento. Dejan de existir, simplemente. Y así como han tenido la oportunidad de estar en todos lados con un sólo ejemplar, también desaparecen de todos lados cuando ese ejemplar se desvanece. «Hay libros medievales manuscritos que pueden haber estado sin leer por centenares de años, pero que ofrecían sus tesoros al primer lector que los encontrase y lo intentase. Un texto informático sometido al mismo grado de descuido es inverosímil que sobreviva cinco años».

Trolls a Internet: noves pràctiques de resistència?



De la Wikipedia

Un troll o trol es un vocablo de Internet que describe a una persona que sólo busca provocar intencionadamente a los usuarios o lectores, creando controversia, provocar reacciones predecibles, especialmente por parte de usuarios novatos, con fines diversos, desde el simple divertimento hasta interrumpir o desviar los temas de las discusiones, o bien provocar flamewars, enfadando a sus participantes y enfrentándolos entre sí. El troll puede ser más o menos sofisticado, desde mensajes groseros, ofensivos o fuera de tema, sutiles provocaciones o mentiras difíciles de detectar, con la intención en cualquier caso de confundir o provocar la reacción de los demás.

Aunque originalmente el término solo se refería a la práctica en sí y no a la persona, un desplazamiento metonímico posterior ha hecho que también se aplique a las personas que presuntamente incurren en ese tipo de prácticas. Su origen etimológico más probable evoca la idea de «morder el anzuelo» (troll es un tipo de pesca en inglés).

Etimología
El uso actual del término surgió en los grupos de noticias de Usenet a fines de la década de los 80. Se acepta que es una apócope de la palabra trolling, usada en la frase trolling for suckers (aproximadamente, ‘pescar incautos’). El verbo inglés troll quiere decir pescar al curricán que es una técnica de pesca deportiva. En este caso puede tener un equivalente entrawling (pesca de arrastre). Evoca metafóricamente la idea de «morder el anzuelo» y «pescar» a los incautos.
Otro origen verosímil es que podría ser un acortamiento de patrolling (‘patrullando’, ‘vigilando’), en el sentido vulgar de searching (‘buscando’), especialmente searching for those who do not wish to be found (‘buscando a quienes no desean ser encontrados’).
El uso de la palabra se generalizó probablemente debido a su apropiado segundo significado, el de los troles de la mitología escandinava y los cuentos infantiles, retratados a menudo como criaturas feas y odiosas inclinadas a la maldad. La imagen del trol bajo el puente en el cuento Los tres cabritos gruñones (también conocido como El gigante y las tres cabritas) enfatiza la reacción negativa del trol hacia los extraños que se adentran en su entorno físico, particularmente por aquellos que tienen la intención de pastar en sus dominios sin permiso.

Círculos viciosos
Para mucha gente, la característica distintiva del comportamiento de un troll es la percepción del intento por trastornar a la comunidad de algún modo: escribir mensajes incendiarios, sarcásticos, disruptivos o humorísticos destinados a arrastrar a los demás usuarios a una confrontación infructuosa. Cuanto mayor sea la reacción de la comunidad, más probable será que el usuario vuelva a comportarse como un troll, pues irá creyendo que ciertas acciones logran su objetivo de provocar el caos. Esto ha hecho que surja el protocolo a menudo repetido en la cultura de Internet: «No alimente al troll» (Don't feed the troll).





A menudo ocurre que alguien escribe un mensaje sincero sobre el que será emocionalmente sensible. Los trolls habilidosos saben que una forma fácil de enfadarle es afirmar deshonestamente que dicha persona es un troll. En otras ocasiones una persona puede no entender o encajar inmediatamente en las normas sociales de un foro donde la mayoría de los participantes sí lo hacen. Como resultado, actuar ligeramente fuera de las normas (a menudo no intencionadamente y por razones legítimas) hace que dicha persona sea calificada de troll. A veces puede ser difícil distinguir entre un usuario que simplemente tiene valores, puntos de vistas o ideas diferentes y uno que se comporta intencionadamente como un troll. Desafortunadamente, muchos usuarios reaccionan agresivamente a la primera impresión de un supuesto troll, lo que a veces lleva a que usuarios novatos disgustados o minorías políticas sean considerados trolls.

Cultura troll
La larga historia de los trolls y el fuerte apoyo hacia el discurso anónimo y seudónimo en Internet sugieren que la historia del «troll anónimo» está sólo en sus comienzos. Si puede considerarse como una «cultura», formada por gente que no se conoce entre sí, salvo mediante la experiencia común de ser rechazados en foros de Internet, es cuestionable, pero algunos afirman que es posible y que ya está ocurriendo.

Hay fuertes evidencias de ello en la existencia de foros que afirman existir específicamente para dar apoyo a los trolls, para intercambiar trucos e identificar blancos que otros trolls pueden estar provocando o discutiendo fructíferamente.
La cultura troll se observa mejor en los trolls que no conocen a los otros con los que trabajan. Debido a que los métodos comunes de crear mensajes incendiarios son muy conocidos y objeto de bromas en muchos sitios de Internet, es a veces posible para un troll identificar a otro troll en acción. Un troll actuando sobre otro troll crea a menudo tal cantidad de aparente drama entre ellos que se toma en serio por observadores que no sean trolls (especialmente si toman partido por algún bando). El resultado final es que los dos trolls pueden colaborar para lograr que la discusión de foro gire en torno a ellos o que una conversación se salga de tema más eficazmente que si lo hicieran sin ayuda.

Los trolls como falsificadores de identidad


Inicios
Antes de que Deja News comenzase a archivar Usenet, los informes sobre los trolls eran imprecisos, habiendo pocas pruebas que estudiar. Sin embargo a partir de entonces los enormes archivos han estado disponibles para los investigadores. Puede que el primer (aunque poco documentado) caso sea la saga de 1982-83 de Alex y Joan en los foros de CompuServe. Van Gelder, un periodista de la revista Ms., documentó en 1996 el incidente en un artículo en dicha publicación. Alex (en la vida real un psiquiatra cincuentón muy tímido de Nueva York) se hacía pasar por una rimbombante y antirreligiosa mujer muda llamada Joan, atada a una silla de ruedas tras un accidente de coche, «para poder relacionarse mejor con sus pacientes femeninas». Esta farsa se prolongó durante dos años, y Joan llegó a convertirse en un personaje enormemente detallado con una colección de relaciones emocionales. Todo empezó a venirse abajo cuando Joan persuadió a una de sus amigas en línea para que tuviese una aventura con Alex.

Incluso aquellos que apenas conocían a Joan se sintieron implicados —y en cierta forma traicionados— por el engaño de Alex. A muchos de nosotros nos gusta creer que la comunidad en línea es unautopía del futuro, y el experimento de Alex nos demostró a todos que la tecnología no es un escudo contra las mentiras. Perdimos nuestra inocencia, cuando no la fe.
Van Gelder, 1996, p. 534

Los trolls en los años 1990
Una de las primeras referencias a un troll en el archivo de Usenet de Google fue hecha por el usuario Mark Miller sobre otro usuario llamado Tad (8 de febrero de 1990).2 Sin embargo, no está claro si el término «troll» se usó en su sentido actual, o si fue simplemente una elección casual de un epíteto:
Estás tan lejos de ser capaz de entender algo de lo que cualquiera dice aquí que esto sólo lleva a la inutilidad. Lo verdaderamente triste es que de verdad crees que estás ganando. Eres un terrible despilfarro de recursos naturales – por favor reintégrate en la cadena alimenticia... estúpido troll flatulento.
El más probable origen del término puede hallarse en la expresión trolling for newbies (que significa aproximadamente ‘pescando novatos’), que a principios de los años 1990 se hizo popular en el grupo de Usenet alt.folklore.urban. Su uso era algo diferente a la actual noción de troll, siendo una broma privada relativamente suave sobre los usuarios novatos consistente en hacer preguntas o mencionar temas de conversación tan trillados que sólo uno de ellos respondería seriamente. Otros extendieron el término para incluir la práctica de representar el papel de un usuario seriamente desinformado o ingenuo, incluso en grupos donde no se era un participante habitual, pero estos intentos fueron a menudo más broma que provocación. En tales contextos, el sustantivo «troll» solía referirse al acto más que al autor.
Algunos usuarios veteranos de Usenet continuaron insistiendo en estas primeras definiciones incluso después de que el término fuese aplicado más generalmente a las acciones incendiarias previamente caracterizadas como flamebait.

Identidad
En la literatura seria la práctica fue documentada por primera vez por Judith Donath (1999), quien usó varios ejemplos anecdóticos de diversos grupos de noticia de Usenet en su discusión. El ensayo de Donath trazaba la ambigüedad de la identidad en una «comunidad virtual» incorpórea:3
En el mundo físico hay una inherente unidad con el yo, pues el cuerpo proporciona una convincente y práctica definición de identidad. La norma es: un cuerpo, una identidad. [...] El mundo virtual es diferente. Está compuesto de información más que de materia.
Donath proporciona una concisa visión general de los juegos de falsificación de personalidad que surgen de la confusión entre la comunidad física y la epistémica:
Los trolls juegan a falsear su personalidad, aunque lo hagan sin el consentimiento de la mayoría de los jugadores. El troll intenta pasar por un participante legítimo, compartiendo los intereses y preocupaciones comunes del grupo. Los miembros de los grupos de noticias, si son conscientes de los trolls y otras falsificaciones de personalidad, intentan distinguir los mensajes auténticos de los escritos por ellos y, tras juzgar a un usuario como troll, obligar al ofensor a abandonar el grupo. Su éxito en lo primero depende del grado en el que ellos —y el troll— entiendan las pistas de la identidad, y su éxito en lo segundo, de si el placer del troll se ve lo suficientemente disminuido o atenuado por los castigos impuestos por el grupo.
Los trolls pueden ser molestos de diversas formas. Un troll puede desbaratar la discusión en un grupo de noticias, diseminar malos consejos, y dañar el sentimiento de confianza en la comunidad del grupo de noticias. Más aún, en un grupo que se ha vuelto sensible a los trolls —donde el índice de engaños sea alto—, muchos que honestamente hacen preguntas ingenuas pueden ser rápidamente rechazados como trolls. Esto puede ser bastante desalentador para un usuario nuevo que tras atreverse a escribir su primer mensaje es inmediatamente bombardeado con airadas acusaciones. Incluso si las acusaciones son infundadas, ser clasificado como un troll es bastante dañino para la reputación en línea de uno.
Donath, 1999, p. 45

Uso
El término «troll» es altamente subjetivo. Ciertos lectores pueden clasificar un mensaje como troll mientras otros verán el mismo mensaje como una contribución legítima a la discusión, aunque sea controvertida. El término se usa frecuentemente para desacreditar una posición contraria o a su proponente mediante el argumento ad hominem. Igualmente, decir que alguien es un troll significa hacer suposiciones sobre sus motivos, que pueden ser incorrectas. Dejando aparte los motivos del autor, los mensajes controvertidos tienen muchas posibilidades de atraer una respuesta correctiva, protectora o violenta de aquellos que no distinguen entre las comunidades físicas reales (donde la gente está realmente expuesta a algún riesgo compartido de daño corporal por sus acciones) y las comunidades epistémicas (basadas en un mero intercambio de palabras e ideas). Normas de tratamiento, o etiqueta, que se originaron en tales comunidades físicas son con frecuencia aplicadas ingenuamente al discurso en línea por los recién llegados que no están acostumbrados a la gama de puntos de vista expresados en línea, a menudo anónimamente. De esta forma, tanto los usuarios como sus mensajes son comúnmente y a veces inexactamente calificados de trolls cuando ofenden al grupo: irónicamente, la gente puede estar más inclinada a usar epítetos como «troll» en las discusiones públicas en línea de lo que lo estarían en persona, ya que los foros en línea pueden parecer más impersonales. A menudo se emplea la expresión «Prohibido dar de comer al troll».

Cuando se aplica apropiadamente al comportamiento en línea intencionadamente disruptivo, la palabra «troll» convierte económicamente un código abstracto de conducta en línea en una imagen concreta. Los participantes experimentados en foros en línea saben que la forma más efectiva de disuadir a un troll normalmente es ignorarlo, ya que las respuestas animan a los auténticos trolls a continuar escribiendo mensajes disruptivos en dichos foros: de ahí el frecuente aviso de «Prohibido dar de comer al troll». Enviar esta señal públicamente, en respuesta al comportamiento de un troll para desanimar más respuestas puede disuadir al troll. Sin embargo, también puede tener el efecto contrario, pasando a ser él mismo comida para el troll. Por tanto, cuando un participante en un foro ve una respuesta aparentemente inocente a un troll como potencial comida para éste, puede ser más prudente enviar el aviso de «Prohibido dar de comer al troll» en un mensaje privado (por ejemplo, por correo electrónico).

Los trolls en diferentes medios de Internet
Los trolls actúan de formas distintas en diferentes medios. Empezaron en grupos de noticias, y a medida que Internet ha evolucionado, así lo han hecho los trolls.
 Usenet — las jerarquías de los grupos de noticias limitan la exposición de los trolls, pero el envío cruzado de mensajes (crossposting) puede superar esta limitación. Algunos ISPslimitan el número de grupos de noticias a los que un mismo mensaje puede cruzarse. Como ejemplo notable, alt.net instituyó un límite de envíos cruzados después de que los trolls en ese sistema hubieran llegado a ser tan escandalosos que Peter da Silva inició una campaña en otros sistemas para cesar el intercambio de noticias con alt.net hasta que hicieran algo para resolver el problema.
 Listas de correo — suelen estar controladas por moderadores, por lo que los participantes indeseables pueden ser expulsados rápidamente.
 Foros basados en SlashCode — usan un sistema de puntuación de forma que los lectores pueden moderar cada mensaje al alza o a la baja desde su calificación inicial. Los lectores pueden entonces elegir ignorar los mensajes que los demás han «moderado a la baja». La coordinación de los trolls es particularmente importante, dado que los primeros mensajes tienen más probabilidades de ser leídos que los siguientes. Un troll ideal debería generar discusión y respuestas acaloradísimas sin más intervención por su parte.
 Wikis — su modelo plano, asíncrono y abierto permite a cualquiera escribir cualquier cosa. Los usuarios trabajan para deshacer los cambios negativos usando herramientas de reversión disponibles de serie, pero esto requiere a cientos de voluntarios para vigilar sitios extensos y populares. Los trolls tienden a ser más sutiles que en los grupos de discusión, con frecuencia aportando material que podría ser legítimo, pero provocarán controversia desafiando la actual estructura de poder. La dificultad se agrava por la imposibilidad de discernir si un usuario está simplemente exponiendo una opinión controvertida o es un troll.
 Weblogs — en su forma más común como púlpito personal con la posibilidad de que cualquiera deje comentarios, los weblogs populares resultan con frecuencia eficaces trampolines para los trolls, mediante comentarios incendiarios o entradas provocativas. La facilidad con la que los weblogs pueden ser enlazados anima a la propagación del troll.
 IRC — la naturaleza abierta de la mayoría de los canales de IRC en las redes populares permite que los trolls entren y utilicen cualquier técnica de abuso, desde la simple inundación de basura a comentarios sutilmente irritantes, que cosechan respuestas airadas. La facilidad con la que pueden evadirse los bloqueos de canales y servidores, y la naturaleza volátil de muchos usuarios de IRC puede permitir a los trolls perpetuarse indefinidamente.
 Juegos multijugador de acción en primera persona — el juego en línea suele atraer a gran número de varones adolescentes, que se aprovechan de la atmósfera combativa y su anonimato general para menospreciar a otros jugadores. Véase pwn y noob para mayor información. Matar en grupo y romper las normas sociales del juego para fastidiar a otros jugadores se consideran también actividades propias de trolls.
 Juegos de deporte en línea — Un troll se infiltrará en una liga en línea gratuita con múltiples equipos desde diferentes cuentas e identidades e intentará entonces retorcidos intercambios de jugadores para mejorar un equipo. El troll dejará numerosos mensajes en el tablón de anuncios de la liga desde sus diferentes identidades para dar la apariencia de legitimidad a un comportamiento a todas luces ilícito. Los jugadores que objeten a la obvia farsa pueden recibir un baño de insultos y otros intentos de evasión.
 Foros — Sean de la clase que sean, atraerán trolls, cuyo comportamiento no difiere mucho de los ejemplos anteriores. Pocos foros están libres de trolls, exceptuando algunos sitios muy pequeños y aquellos que establecen políticas muy estrictas al respecto.
 BBS — Aunque ya quedan muy pocos BBSs funcionando y en la mayoría de ellos se lleva un control de usuarios, se siguen reportando casos de trolles.
Ejemplos
Trolls de un solo golpe
Los mensajes de un troll de un solo golpe intentan ser disruptivos y tienden a ser muy obvios para asegurar que reciben respuestas enfadadas.
Trolls disruptivos
 Mensajes fuera de tema — Irrelevantes para los usuarios interesados en el foro en cuestión: «¿Puede ayudarme alguien a hacer una página web?» «No: esto es un foro de música.» Esto también puede hacerse a la mitad de una discusión ya existente en un intento por secuestrarla, o al menos cambiar el tema de discusión.
 Ruptura de páginas — Enviar mensajes con grandes imágenes o llenos de caracteres para hacer ilegibles los mensajes anteriores. Un troll habilidoso usará una imagen extremadamente larga pero estrecha que se camufle con el fondo de la página para hacerlo menos evidente.
 Material ofensivo — Archivos de sonidos molestos o imágenes perturbadoras en un mensaje, o enlazar a sitios impactantes (shock sites) que contengan dicho material. Con frecuencia estos enlaces se disfrazan como enlaces legítimos.
 Mensajes incendiarios — Incluyendo alusiones racistas, sexistas, clasistas o innecesariamente odiosas: «Eres idiota por incluir este tipo de mensajes en tu lista.»
 Escribir spoilers — Desvelar el final o parte importante de la trama de una película, libro, juego, etcétera sin avisar, a veces subrepticiamente enterrados en mensajes por lo demás inocuos.
 Volver a iniciar una antigua discusión o reciclar un tema anterior (bump) muy controvertido, particularmente en comunidades en línea pequeñas.
 Escribir deliberada y repetidamente mal los nombres de los demás usuarios de la discusión con el propósito de molestarlos o irritarlos.
 Prometer pornografía inexistente a gente que escribe en el foro, provocando una avalancha interminable de mensajes del tipo «a mí también» (especialmente común en en la jerarquía de Usenet alt.sex a mediados de los años 1990).

Trolls que buscan atención
Este tipo de trolls buscan incitar tantas respuestas como sea posible y absorber una cantidad desproporcionada del total de atención colectiva.
 Publicitar otro foro, especialmente si es uno rival u odiado.
 Afirmar ser alguien que es imposible que sean — «Como un samurái auténtico que soy, tengo ciertos problemas con Los siete samuráis.»
 Carecer de cualquier relación o conocimiento actual con el tema discutido, pero seguir escribiendo continuamente opiniones como «expertos».
 Mensajes que contienen algún fallo o error obvio — «Creo que Mar adentro es la mejor película de Santiago Segura.»
 Pedir ayuda para una tarea o problema inverosímil — «¿Cómo sazono mi olla? No quiero que todo lo que cocine en ella sepa igual.»
 Preguntas intencionadamente ingenuas — «¿Puedo usar aceite de oliva en vez de agua para hervir pasta?»
 Mensajes que contienen referencias alusivas al propio estatus — «Evian es agua embotellada para pobres. Prefiero la Dasani importada de Italia.»
 Escribir intencionadamente un argumento escandaloso deliberadamente construido en torno a un fallo o error fundamental pero embrollado. Con frecuencia el autor se pondrá a la defensiva cuando el argumento sea refutado, pero muchos pueden, sin embargo, continuar el hilo usando más argumentos erróneos, lo que se conoce como «alimentar» el troll.
 Un subtipo del anterior es la demostración falsa de un importante problema matemático no resuelto o una imposibilidad (por ejemplo, 1 = 2). Sin embargo estos mensajes no siempre son trolls y a veces son como mínimo matemáticamente interesantes.
 Mensajes políticamente discutibles — «Creo que José Luis Rodríguez Zapatero es el mejor/peor presidente de la historia.»
 Enviar imágenes políticamente sensibles en lugares inapropiados.
 Fingir ser inocente tras participar en una «guerra de llamaradas» (flamewar).
 Escribir quejas fuera de tema sobre su vida privada, incluso amenazas de suicidio: a veces se trata del troll «plañidero».
 Responder paranoicamente o pluralizando a opiniones personales emitidas por individuos diferentes — «No creo que todos penséis lo mismo: ¡os ponéis de acuerdo para llevarme la contraria!»
 Los trolls conquistadores se entusiasman por encadenar aventuras amorosas en línea con las mujeres de un grupo. Esto provoca la rivalidad pública entre las mujeres que alguna vez creyeron que los apelativos cariñosos, los poemas y las declaraciones de afecto que recibían eran exclusivamente para ellas. Dado que estas aventuras se suelen desarrollar separadamente en canales de chat, suele pasar mucho tiempo antes de que estos conflictos estallen.
 Insultar a otros por su mala gramática u ortografía, lo que puede ser un tema muy sensible, por el abuso de jerga o abreviaturas típicas de SMS, o incluso insultar a otros por su mala gramática usando mala gramática, provocando un efecto «irónico» que puede a menudo llevar a la gente a recriminarles su hipocresía.

Otros ejemplos
Algunos trolls pueden denunciar una determinada religión en un grupo de noticias religioso, aunque históricamente se ha llamado a esto flamebait (ver más arriba). Como aquellos que se enzarzan en una «guerra de llamaradas» (flamewar), los supuestos o autoproclamados trolls de Internet a veces recurren al doble sentido o al despiste en la búsqueda de su objetivo. Es posible distinguir entre los mensajes incendiarios y los comentarios de un troll: los primeros tienen la intención de ser antisociales y ofensivos mientras los segundos buscan provocar una reacción, aunque también pueden ser considerados como antisociales, a pesar de la intención del autor.
Un caso particular de la segunda variedad (mensajes incendiarios) implica enviar contenido obviamente reñido con los intereses (declarados o implícitos) del grupo o foro. Por ejemplo, enviar recetas de carne de gato en un foro sobre animales de compañía, teorías evolutivas en un foro creacionista o mensajes sobre lo aburridos que son los dragones en el grupo deUsenet alt.fan.dragons.
El «troll títere» entra a menudo en un foro usando varias identidades diferentes. A medida que los comentarios provocativos de una identidad atrae respuestas cada vez más críticas de otros miembros del foro, el troll interviene en la discusión usando una segunda identidad para apoyar a la primera. Alternativamente, el troll puede usar esta segunda identidad para criticar a la primera y ganar así credibilidad o estima en el foro.

El envío cruzado (crossposting) es un método popular de los trolls de Usenet: un mismo mensaje puede ser discutido simultáneamente en varios grupos de noticias no relacionados e incluso opuestos, lo que probablemente termine en una «guerra de llamaradas» (flamewar). Por ejemplo, un mensaje-señuelo (flamebait) contra la comida rápida podría enviarse cruzado a grupos sobre la alimentación sana, la ecología y los derechos animales, así como también a un grupo sobre un tema totalmente ajeno, como la inteligencia artificial.

Un ejemplo de troll con éxito es el archiconocido hilo de Usenet Oh how I envy American students (‘Ay, cómo envidio a los estudiantes estadounidenses’) que obtuvo más de 3.500 respuestas. Este troll fue escrito por alguien haciéndose pasar por un estudiante europeo, y enviado con acierto a todos los grupos de noticias de institutos y universidades, dejando entonces que los estudiantes americanos hiciesen todo el trabajo de difusión. El hilo estuvo activo cerca de un año (generando de media una respuesta cada 160 minutos) y su mejor golpe fue cuando una inocente estudiante estadounidense no sólo perdió su cuenta de Internet sino también que fue expulsada del instituto por abusar de los ordenadores, pues de alguna forma logró cargar con la culpa de haber comenzado el troll. El sitio con más ataques troll hasta la fecha es conocido como "ATOMIX".

Motivación
Los «trolls» autoproclamados pueden designarse a sí mismos como abogados del diablo, tábanos sociales o «alborotadores culturales», desafiando el discurso dominante y las asunciones de los foros de discusión en un intento de romper el statu quo de pensamiento grupal: el sistema de creencias que prevalece en su ausencia.
Algunos críticos afirman que los auténticos «abogados del diablo» generalmente se identifican a sí mismo como tales por el bien de la etiqueta y la cortesía, mientras que los trolls pueden rechazar ambas. La mayoría de la discusión sobre qué motiva a los trolls procede de otros usuarios de Internet que afirman haber estudiado el comportamiento de los mismos. Hay poca literatura de investigación que describa el término o el fenómeno. Los comentarios de usuarios acusados de ser trolls podrían ser poco fiables, puesto que de hecho podrían estar intentando estimular la controversia más que avanzar en el entendimiento del fenómeno. De la misma forma, los acusadores están con frecuencia motivados por un deseo de defender un determinado proyecto y las referencias a que un usuario de Internet sea un troll podrían no tener base en las metas reales de dicha persona. Como resultado, identificar las metas de los trolls resulta casi siempre especulativo. Aún así, varias metas básicas han sido atribuidas a los trolls, según el tipo de disrupción que se piensa que están provocando.
Para complicar más el asunto, muchos acusadores se equivocan al cuestionar primero si el supuesto material troll es realmente disruptivo (un componente obligatorio de dicho comportamiento) antes de declararlo como tal. Así, muchos trolls nacen de la propia inferencia demasiado rápida de la otra parte, sea ésta exacta o no.

Las motivaciones propuestas son:
 La actividad de un troll puede describirse como un experimento de contravención que, gracias al uso de una personalidad alternativa, permite probar o romper los límites sociales habituales y las reglas de etiqueta sin consecuencias serias. Esto puede ser parte de un intento de comprobar los límites de algún discurso, o de identificar personalidades reactivas. Al eliminar identidades e historias de la situación, dejando sólo el discurso, algunos científicos creen que es posible llevar a cabo experimentos de ingeniería social usando métodos propios de trolls. Sin embargo, pocos creen que las organizaciones de trolls estén involucrados en la ciencia, y unos pocos individuos dispersos sin métodos ni tesis particulares no pueden ser descritos como científicos, aunque puedan sin embargo estar involucrados en alguna investigación.
 Búsqueda de atención anónima: El troll busca dominar la discusión provocando enfados, y efectivamente secuestrando el tema de conversación.
 Diversión: Para alguna gente resulta divertido pensar que otra persona se enfada por lo que digan completos desconocidos. Esto podría ser clasificado como un tipo de schadenfreude: los trolls con esta motivación obtienen placer de la frustración, miedo o dolor (o lo que ellos perciban en su mentes como tal) real de sus víctimas.
 Enfado: Algunas personas se comportan como trolls para expresar su hostilidad hacia un grupo o punto de vista determinado.
 Petición de ayuda: Muchos supuestos trolls, en sus mensajes, señalan perturbadoras situaciones sobre la familia, las relaciones, las drogas o la escuela, aunque generalmente es imposible saber si tales situaciones no son más que parte del troll. Algunos creen que este comportamiento es una agresiva forma de confrontación en la que los trolls buscan una especie de fuerte guía sentimental en un foro anónimo.
 Los trolls autoproclamados y sus defensores sugieren que su comportamiento es una forma inteligente de mejorar la discusión, o un método alternativo de ver las relaciones de poder en grandes wikis públicos.
 Proponerse un desafío a uno mismo: Sólo para ver si puede hacerse con éxito, por ejemplo un miembro de un foro se registra con un nuevo nombre no identificable para ver si puede engañar, y por cuánto tiempo, a los demás miembros.
 Hacer perder el tiempo a los demás: Uno de los aspectos más importantes en la actividad de un troll es la idea de que empleando un solo minuto en escribir un mensaje adecuado se logra que muchas otras personas pierdan varios minutos de su tiempo, provocando un efecto cascada. La mayoría de los trolls disfrutan con la idea de que pueden desperdiciar el tiempo de los demás con comparativamente poco esfuerzo por su parte.
 Efecto dominó: Relacionado con la diversión, pero de una manera más específica, significa comenzar largas reacciones en cadena en respuesta al mensaje inicial de uno. Consiste en lograr una respuesta desproporcionadamente grande a una acción pequeña. Esto resulta parecido al regocijo con el que puede actuar un niño pequeño que simula perderse al ver un gran número de personas emprendiendo una búsqueda masiva en respuesta a su supuesta desaparición, cuando en realidad se está escondiendo.
 Supresión de información: Un troll particularmente nihilista a menudo intenta poner freno al flujo de información entre los participantes del foro, convirtiendo éste en un lugar en el que sólo se intercambien insultos. Por ejemplo, un troll habilidoso puede convertir una discusión informativa sobre trucos y técnicas para aliviar la enfermedad X en una acalorada discusión completamente inútil. Esto puede evitar que información importante llegue a manos de quien más la necesita, aumentando así el sufrimiento humano. Una variante ligeramente menos hostil es la supresión de una discusión que al troll no le gusta o que encuentra ofensiva.
 Efectuar un cambio en las opiniones de otros usuarios: Un troll puede sostener posiciones extremas para hacer que sus creencias reales parezcan moderadas (esto implica con frecuencia el uso de un títeres que jueguen el papel de policía malo) o, alternativamente, jugar el papel de abogado del diablo para fortalecer las convicciones opuestas (con las que suele en realidad estar de acuerdo).
 Probar la integridad de un sistema contra ataques sociales u otras formas de mal comportamiento: Por ejemplo, violar descaradamente los términos de uso para ver si losadministradores del sitio emprenden alguna acción.
 Superar sentimientos de inferioridad o impotencia mediante la experiencia de controlar un entorno.
 Autopromoción.
 Luchar contra el pensamiento grupal: Muchos trolls defienden sus acciones afirmando que hay que sacudírsele de encima el conformismo a la gente.
 Sátira: En estos casos, los individuos no piensan en sí mismos como trolls, sino como humoristas o comentaristas políticos incomprendidos.
 Satisfacción producida por los ataques personales.
 Acoso: Por ejemplo, seguir a una persona —que haya sido hostigada en un foro pero que ha decidido evitar convertirse en víctima marchándose a otro lugar— y emplear tácticas de troll en el nuevo foro hasta lograr que éste sea un lugar incómodo para dicha persona.
 Bajar la relación señal-ruido: En Slashdot, puntos que podrían usarse para moderar temas interesantes se desperdician en moderar a la baja cosas como dibujos ASCII del hombregoatse. A ciertos umbrales, esto rebaja la calidad de los comentarios.
 Probar una personalidad alternativa anónimamente.
 Vaciar un foro: lo que suele ser sólo factible si el foro es pequeño.

Es difícil estimar las motivaciones de los trolls, dado que la mayoría de las justificaciones ofrecidas por los presuntos trolls no son más que ardides tramados para continuar con la travesura que imaginan que han emprendido. Esto resulta desafortunado porque, como lo anterior supone, hay razones legítimas para emprender el tipo de acciones propias de los trolls. Sin embargo, la etiqueta es lo suficientemente simple y sencilla como para que la mayoría de la gente prevea los propósitos manifestados por los trolls autodeclarados sin llegar a recurrir a estos métodos. Dado que hay un amplio espectro de posibles motivaciones para los trolls, resultando algunas de ellas benévolas y otras claramente malévolas, calificar a usuarios de trolls en el sentido negativo resulta con frecuencia imprudente.
Algunos usuarios de foros de Internet están considerados como «cazadores» o «provocadores» de trolls. Entran voluntariamente en conflicto cuando los trolls surgen. Con frecuencia los cazadores de trolls son tan disruptivos como éstos. Un único mensaje de troll puede ser ignorado, pero si diez cazadores de trolls «saltan» siguiéndolo, dirigirán el hilo fuera del tema.

Sobre los conflictos relacionados con los trolls, hay seis grupos en los que podría clasificarse a los usuarios:
 Trolls: Usuarios que provocan conflictos activamente.
 Cazadores o provocadores de trolls: Se comportan de acuerdo al principio del «segundo golpe». No inician el conflicto, pero lo intensifican en cuanto empieza. Con frecuencia usan otros trolls como excusa para su propio mal comportamiento, y en muchos casos califican a un usuario como troll, a pesar de los propósitos de éste.
 Indiferentes: Intentan ignorar el conflicto, continuando con el tema original de discusión. Suelen expresar despreocupado desdén hacia el troll, pero no persiguen insultarle activamente. Se comportan como hermanos mayores, repartiendo sabias palabras tales como «No alimentéis a los trolls» u otras frases hechas que normalmente significan lo mismo: «Ignorad al alborotador y así se rendirá y se marchará.» Este tipo de respuestas puede tomarse como un comportamiento pasivo-agresivo de provocador de trolls.
 moderadores: No los moderadores del sistema, sino los usuarios que intentan «resolver» el conflicto, contentando a todas las partes si es posible.
 Espectadores: Se apartan del conflicto. En casos particularmente malos, abandonarán el foro asqueados.
 Secuestradores: Comienzan una discusión fuera de tema en respuesta a los mensajes provocativos de un troll.
 No-trolls: Usuarios que son calificados de troll por otros usuarios o incluso moderadores para ser silenciados y desacreditados más fácilmente.

Soluciones y alternativas
En general, la sabiduría popular aconseja a los usuarios evitar alimentar a los trolls, e ignorar las tentaciones de responder. Contestar a un troll lleva la discusión inevitablemente fuera del tema, para consternación de los espectadores, y proporciona al troll la ansiada atención. Cuando los cazadores de trolls se abalanzan sobre ellos, los indiferentes responden con YHBT. YHL. HAND., es decir, You have been trolled. You have lost. Have a nice day. (en inglés ‘Has picado. Has perdido. Que tengas un buen día.’). Sin embargo, dado que los cazadores de trolls (como éstos) son con frecuencia buscadores de conflictos por sí mismos, quien pierde no es el bando del cazador, sino más bien el resto de usuarios de foro que habrían preferido que el conflicto ni siquiera hubiera surgido.
La literatura sobre resolución de conflictos sugiere que etiquetar de trolls a los participantes en discusiones en Internet puede perpetuar los comportamientos indeseables. Una persona rechazada por un grupo social, tanto en línea como en la vida real, puede adoptar un papel antagonista hacia él, y buscar molestar o enfadar aún más a sus miembros. La etiqueta «troll», con frecuencia un signo de rechazo social, podría por tanto perpetuar su existencia.
Mejores resultados suelen obtenerse cuando los usuarios adoptan el papel de moderador y despliegan comportamientos más constructivos evitando juicios y confrontaciones. Los trolls son excitados por los cazadores y frustrados por los indiferentes, y ninguna de estas dos emociones producen resultados positivos para el foro. Enfrentarse a los trolls termina en «guerras de llamaradas» (flamewars). Los trolls frustrados por la estrategia de los indiferentes pueden abandonar el foro (y seguir comportándose igual en otro sitio, o convertirse en usuarios constructivos) o hacerse cada vez más incendiarios hasta que obtengan una respuesta.
Los trolls novatos pueden experimentar el serio «remordimiento del troll», un sentimiento de gran pesar tras perder su cuenta (ya sea la de su proveedor de Internet o la de un sitio web) debido a sus acciones temerarias.
Hay quienes arguyen que una falta de respuesta hacia los trolls puede también inspirarles una conducta más agresiva. Usuarios particularmente fanáticos o irracionales participarán en un foro que les moleste con bastante independencia de las respuestas que obtengan. A menudo los trolls también siguen escribiendo mensajes, ofendiéndose con argumentos periféricos o argumentos que estaban peor fundamentados, hasta que sus posiciones se hagan insostenibles, momento en el que recurrirán a los insultos o pasarán a otra discusión. Según esta lógica, la confrontación implacable mediante la argumentación (cuando ésta pueda hallarse) puede resultar vital.

Utilidad de los trolls
Un importante debate en Internet es si los trolls realizan alguna función útil o no. Dado que troll es un término tan amplio, si todas las definiciones dadas hasta ahora han de ser aceptadas, la respuesta debe ser definitivamente «sí y no».
Los usuarios que realizan muchas funciones útiles pero controvertidas son con frecuencia juzgados como trolls y, en tales casos, pueden estar en realidad beneficiando el foro en el que participan. Por ejemplo, la presencia de un ultraderechista descrito como troll puede permitir que un lector conservador se sienta más cómodo expresando sus puntos de vista, que parecerán muy moderados en contraste. Por otra parte, si los cazadores de trolls organizan una «guerra de llamaradas» (flamewar) contra el troll ultraderechista, el mirón conservador puede sentirse menos cómodo expresando sus opiniones, en detrimento del foro. A pesar de que los trolls afirman luchar contra el pensamiento grupal, pueden en realidad fomentarlo al cimentar opiniones contra ellos.
Los trolls pueden ser también, en algunas circunstancias, una fuente de humor genuino, lo que depende íntegramente de si el troll es bueno o malo. Suele ser bastante fácil señalar la diferencia entre tales acciones: un troll malo recurre sólo a débiles argumentos manidos, mientras uno bueno creará un perspicaz conjunto de argumentos que arrastre a la gente en astutos giros proporcionando un hilo de humor non sequitur.

Los trolls pueden también proporcionar un valioso servicio al hacer que la gente se cuestione la validez de lo que se lee tanto en Internet como en otras fuentes. Los trolls muestran que expresar cualquier opinión es tan fácil como expresar una opinión informada y razonada, obteniendo la misma visibilidad. También se ha argüido que los comentaristas radiofónicos y columnistas periodísticos a veces sondean la opinión pública comportándose como trolls. John C. Dvorak y Slashdot son citados a menudo como ejemplos.

Incluso aunque a veces se señalan como trolls contenidos útiles y usuarios productivos, el consenso general es que la actividad típica de los trolls beneficia sólo a éstos y a los cazadores, y que no debe permitirse en ningún foro. La mayoría de los foros rechaza la afirmación de que los trolls puros e intencionados persigan algún fin útil. Se sabe de algunos trolls que han intentado provocar el borrado de discusiones completas, lo que ha servido de refuerzo negativo para los usuarios inexpertos y ayudado a reducir la cantidad de spam en grandes foros de discusión. En muchos casos, los trolls pueden llevar al administrador o moderadores de un foro a añadir a éste mecanismos que prevengan las acciones de éstos. Aunque esto puede ser considerado como una mejora del foro, no es menos cierto que tales herramientas no se habrían necesitado de no haber trolls.

Problemas de comportamiento
Las definiciones precisas de «troll» han sido difíciles porque a menudo dependen de supuestos sobre motivaciones internas, que han sido difíciles de probar concluyentemente. Algunos comportamientos tales como insultar no son candidatos para una clasificación «troll» a menos que su intención sea la de provocar una reacción, ya que insultar sería considerado más un comportamiento antisocial, cayendo quizá mejor bajo la clasificación de «guerra de llamaradas».

Algunos han sugerido que en lugar de calificar a alguien de «troll» es preferible concentrarse en los comportamientos específicos que un grupo considere molestos e imponer reglas de comportamiento que los prevenga consistente y adecuadamente. La idea es centrarse en los comportamientos indeseables más que en la motivación de éstos. Si dichos comportamientos no pueden ser identificados, entonces quizá el supuesto troll debería ser tolerado para ser justos. Algunos llaman a esto el plan «si no puedes identificarlo, entonces toléralo».

Puntos de vista alternativos
Aunque el fenómeno troll es de largo considerado una presencia negativa e indeseable en un foro, algunos afirman que la creencia de que es inherentemente malo puede acarrear muchas consecuencias perjudiciales. El uso de la palabra «terrorista» es citado a menudo como ejemplo de abuso. Sin embargo, todo aquello etiquetado con la palabra «terrorista» despierta un sentimiento de mentalidad «nosotros contra ellos» que resulta útil tanto para aislar el comportamiento troll como para reforzar la «necesidad» de tácticas anti-troll, consolidando por tanto el apoyo de los administradores.

En la mayoría de los casos esto último es una ventaja inesperada al tratar con trolls. Sin embargo, surge la cuestión pertinente: «¿Qué ocurre si esto fuese el único objetivo, y el administrador sólo desease acallar ciertas críticas, como una pobre moderación, demasiada publicidad o restricciones sobre los temas de discusión?» Jugar la «carta troll» podría ser el arma ideal.

Muchas de las personas calificadas de «trolls» son simplemente calificadas por alguna otra en el curso de una disputa religiosa, política o de otro tipo corriente. En otras palabras, son calificadas de «trolls» por actuar como disidentes o herejes. Caracterizar a los administradores de sistemas o moderadores como «el troll que llegó en primer lugar» no es del todo inexacto. Muchos debates entre personas con y sin poderes administrativos o legales se parecen a una simple discusión personal acalorada. En concreto en Internet, la posesión de poderes tecnológicos (como el poder de bloquear usuarios o direcciones IP) no es necesariamente un signo de algún juicio político o moral superior. De forma parecida, uno puede ser etiquetado como troll sólo por discrepar con alguien (a menudo quien comenzó la discusión).
Como con similares etiquetas peyorativas, un grupo de personas que hayan recibido la etiqueta pueden darle la vuelta para crear una identidad de grupo y el poder de resistir colectivamente. Individuos ajenos al grupo que usen la etiqueta sobre alguien pasan a ser blancos de una respuesta colectiva. Sin embargo, los miembros pueden usar la etiqueta sin consecuencias, normalmente de broma, o para convencer.

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