30 d’octubre, 2010

Las mentiras de la literatura (6) (J.S. de Monfort)

Del blog: http://lasoledaddeldeseo.wordpress.com/


Cuando una novela tiene algo personal, se nota.
No me refiero a algo relacionado con las experiencias del escritor, o a la transcripción de pasajes de su biografía, sino a una suerte de sentimiento genuino que el autor ha experimentado de un modo particular, hasta cierto punto único, y que se nota impregnado en la novela.
No todas las novelas que tienen esta cosa personal referida a un sentimiento subjetivo son necesariamente buenas, ni hablar; aunque no es menos cierto que esa característica individual, privativa y distintiva que se le imprime a una novela está en todas y cada una de las verdaderas obras de arte.
Lo que también es verdad es que esa cosa personal es fácilmente distinguible, tanto en las buenas como en las malas obras.
Una novela que aspire a ser espléndida, poseerá tal singularidad.
Y no hay una sola excepción a esta máxima.
Cuando los críticos mentan ese lugar común que es el decir que “se aprende más de las obras malas”, en realidad lo que están diciendo es que en algunas de las obras que poseen tal singularidad propia de la subjetividad del autor es perceptible el punto de ruptura que las dejó en la estacada e hizo de ellas obras fallidas.
De la mayoría de novelas no se aprende nada; bueno, se aprende lo que no hay que hacer, pero eso, leídas tres novelas malas, queda aprendido con largueza.
De las únicas novelas que aprendemos algo es de las realmente buenas, y de ellas no aprendemos fijándonos en la sintaxis ni en las descripciones ni en los diálogos (o sea, no aprendemos lexicalmente), ni del tema (tampoco aprendemos argumentativamente), ni mucho menos de la estructura (el aprendizaje no es arquitectónico). Todo eso se puede aprender de cualquier novela mediana o directamente mala.
De las novelas realmente buenas aprendemos con el oído: aprendemos a cómo sostener el tono, el tempo, los contrapuntos y el ritmo general para que la novela se sostenga como sinfonía con sentido, y sea circular y metódica.
Pero para aprender eso, claro, se ha de tener un buen oído, y buen oído normalmente lo suelen tener sólo los buenos escritores, los que le aplican a la obra esa cosa personal que no es ni más ni menos que lo que conocemos como “estilo”.

21 d’octubre, 2010

Acto creativo (Charles Bukowski)



Por el huevo roto en el suelo
Por el 5 de julio
Por el pez en la pecera
Por el viejo de la habitación nº 9
Por el gato sobre el muro

Por ti mismo

No por la fama

Ni por el dinero

Tienes que seguir luchando

Cuanto te haces viejo
Disminuye el atractivo

Es más fácil cuando se es joven

Cualquiera puede alcanzar
Las alturas alguna que otra vez

La clave consiste en
Resistir


Cualquier cosa que sirva
Para que

Esta vida siga bailando
Frente a
Doña Muerte.

20 d’octubre, 2010

FAQ (Frequently Asked Questions) sobre la fuerza del anonimato

espai en blanc
http://www.espaienblanc.net/FAQ-Frequently-Asked-Questions.html
Amador Fernández-Savater  / Leónidas Martín Saura

1. ¿Pero qué es eso de los espacios del anonimato?
2. ¿Y en qué se diferencian de un movimiento social?
3. ¿Dónde reside la fuerza del anonimato?
4. ¿Y su fragilidad?
5. ¿De qué movimientos hablamos en concreto?
6. ¿En qué sentido lo ocurrido el 13-M de 2004 expresó la fuerza del anonimato?
7. ¿Pero acaso se consiguió algo más que cambiar a Aznar por Zapatero?
8. ¿Entonces hay que esperar un acontecimiento para hacer política desde el anonimato?
9. ¿Sólo una catastrofe, que traiga dolor y muerte, es hoy capaz de abrir espacios del anonimato?
10. ¿En qué sentido"no tendrás casa en la puta vida" es un grito de guerra del anonimato?
11. ¿Se puede sostener lo insostenible? ¿Se puede hacer visible lo invisible?
12. ¿Cómo es posible un "anonimato en primera persona"?
13. ¿Cuál es la radicalidad de los espacios del anonimato?
14. ¿Se puede intervenir sobre el anonimato?
15. Algunas referencias y documentos


1. ¿Pero qué es eso de los espacios del anonimato?
No son «jamás esto o aquello, sino siempre talasí. No presupuesto, sino exposición» [1]. Movimientos de lo social (y no movimientos sociales) que desafían los lugares que nos son asignados. Gestos sin autor que cambian las cosas sin apoyarse en las palancas clásicas de la acción política. Politizaciones que no se definen por una pertenencia común (a una clase, una sustancia o una categoría social específica), sino por una com-parecencia (o presencia común). Espacios donde practicar una huelga de identidades en la que dejamos de ser lo que hay que ser. Bancos de niebla irrepresentables donde luchar juntos contra lo que nos separa. Puntos de intensidad que aparecen cuando se trenzan por un momento lo existencial y lo político. Interrupciones del funcionamiento social que reconfiguran el mapa de lo posible. Espacios de subjetivación con los que nadie contaba y en los que cualquiera puede contarse.


2. ¿Y en qué se diferencian de un movimiento social?
Los movimientos sociales son reediciones (cada vez más) a la baja del movimiento obrero, que es el único movimiento social que ha existido. Es decir, los movimientos sociales se apresuran a llenar el vacío que dejó la derrota del movimiento obrero, pero sin llevarla hasta el fondo ni elaborarla creativamente. Sin embargo, los espacios del anonimato no son portadores de un horizonte de sentido ni anuncian un mundo mejor. No se organizan en torno a una reivindicación. Son horizontales, pero no asamblearios. No se sitúan en una política de confrontación. No dibujan una línea entre amigo y enemigo. No son de derechas ni de izquierdas, sino todo lo contrario. No son pura propuesta, sino que incorporan una parte de negatividad. Son radicalmente heterogéneos y no se acumulan en el tiempo. No encajan en sujeto alguno ni conforman ningún gran polo de movimiento, aparecen y desaparecen, se autoconvocan y rechazan toda representación.


3. ¿Dónde reside la fuerza del anonimato?
El motor y el carburante de la fuerza del anonimato no se encuentra en una ideología, unas certezas, una alternativa, una firme voluntad de transformar el mundo o una buena disciplina militante, sino en una afectación. Es decir, una sacudida que atraviesa la vida, suspende y desequilibra la normalidad, suscita preguntas radicales y encarnadas sobre el sentido de la vida, hace que las cosas y los otros importen realmente, imprime pasión y verdad en la banalidad que nos rodea, nos exige una elaboración de sentido (íntima, colectiva, creativa, política…). La fuerza del anonimato afecta la realidad porque es afectada por ella.


4. ¿Y su fragilidad?
Reside en la dificultad ante la que nos encontramos para articular precisamente lo existencial y lo político. Para situar ambas dimensiones en un mismo plano horizontal mientras hacemos de la afectación un acto de creación. Sin lo político, lo existencial se vuelve grupo de autoayuda. Sin la sacudida existencial de una afectación, la política sólo puede ser un teatro, un estilo, un grupo de agit-prop o una lucha de poder. La vieja política conspira dentro y fuera de los espacios del anonimato para desligar modos de vida y modos de lucha: desde fuera puede ser la represión o la presión política y mediática; desde dentro, la persistencia de las formas organizativas vacías, la primacía del elemento ideológico o el tiempo de la urgencia en la movilización. Todo ello empuja a que lo político deje de alimentarse y a la vez hacerse cargo de la vida con sus clarooscuros. ¿Qué significa politizar la vida cuando lo colectivo ya no es la solución, sino el problema (en el sentido de incógnita, de enigma)?


5. ¿De qué movimientos hablamos en concreto?
Nos referimos a la revuelta de Los Ángeles en 1992, a la que gritó «que se vayan todos» en Argentina a finales de 2001, a la de las banlieues en noviembre de 2005 o a la más reciente en Grecia tras la muerte de un muchacho a manos de la policía... Hablamos de movimientos muy conocidos públicamente en nuestro contexto como el «No a la guerra», lo ocurrido tras el 11-M o la V de Vivienda. Pero también de movimientos colectivos no identificados que nadie reconoce como acontecimientos políticos, como por ejemplo la convocatoria a escala nacional de unbotellón masivo contra la prohibición de beber en la calle, las movilizaciones físicas y virtuales en torno a la muerte de Álvaro Ussía a manos de los porteros de una discoteca, o incluso la broma colectiva (punk attitude) que significó votar por el Chikilicuatre. Aludimos a experiencias prolongadas en el tiempo, tales como la Red Ciudadana tras el 11-M o la lucha de los familiares de los retenes forestales que murieron en el incendio de Guadalajara. Pero también a los« Dobles malvados», es decir, las expresiones del anonimato donde la ambivalencia parece unilateralizarse hacia las pasiones tristes del racismo y el odio capturado, como es el caso de los Peones Negros. Hay gestos anónimos, intervenciones anónimas, prácticas anónimas, espacios de anonimato, movimientos anónimos, rebeliones anónimas... Finalmente, y esto es decisivo, hay anonimato social. Esto es, no un sujeto, no un contra-mundo ni siquiera una sustancia de potencial antagonista (trabajo vivo, etc.), sino retazos de mundos sin nombre que pelean por su existencia cotidianamente abriendo grietas en la máquina capitalista y que alimentan de pronto las luchas explícitas: amistades, otras sensibilidades y otros sentidos, relaciones no instrumentales, cooperación, etc.


6. ¿En qué sentido lo ocurrido el 13-M de 2004 expresó la fuerza del anonimato?
El 13-M se caracterizó por la multiplicidad (no se acude en bloques, no vamos encuadrados, uno no sabe bien quién tiene a su lado); el anonimato (no convoca ninguna organización; la cita circula mediante sms y por la red, mensajes de gente de confianza y de fuentes múltiples: no sólo militantes); la autonomía (el sentido no es previo, se autoconstruye desde dentro y sobre el terreno); la creatividad (proliferan mil consignas nuevas, se llega a chistar a quien introduce algunas pertenecientes a otras situaciones como «vosotros fascistas sois los teroristas»); el pragmatismo radical y la ausencia de utopía ("mañana votamos, mañana os echamos"), la mezcla de lo existencial y lo político (se incorpora el duelo a la protesta, se mezcla la emoción, el pensamiento y la acción; no funciona tanto el plano de la conciencia, como el dolor, la rabia, la indignación, la necesidad...). La potencia del 13-M se nutrió de un medio ambiente donde lo existencial y lo político se habían entrelazado mediante mil formas anónimas de elaboración de lo sucedido. No fue sólo expresión de un rechazo, de una denuncia. No fue sólo política. Frente al horror del atentado, las vidas se agarraron unas a otras para hacerle frente, produciendo así un espacio de lo común al mismo tiempo inclusivo y múltiple. La sensibilidad de los minutos de silencio que tachonaron el recorrido del 13-M sólo puede entenderse desde ahí (eran absolutamente extraños a las formas militantes de tomar la calle). Si desvinculamos las autoconvocatorias frente a las sedes del Partido Popular de los santuarios salvajes que se improvisaron por todo Madrid o del gesto de quien fue a donar sangre un día antes no entenderemos NADA. «Nosotros también estuvimos en la manifestación de ayer», decía una pancarta muy significativa el 13-M. Reducir la fuerza del anonimato a la «noche de los móviles» es una estrategia discursiva que autoriza repatriarla hacia las formas de un «nuevo activismo».


7. ¿Pero acaso con todo eso se consiguió algo más que cambiar a Aznar por Zapatero?
La victoria de ZP -favorecida por el voto táctico y como autodefensa contra el PP- fue en todo caso un efecto derivado de lo que un amigo llama «la parte quieta del movimiento», es decir, una ola de fondo de la que el 13-M fue el repunte, la cresta, la espuma. Y lo que esa ola de fondo consiguió, para decirlo en una sola frase, es que el 11-M no se convirtiera en un 11-S. ¡No es poco! El estado de sitio informativo no funcionó. Se desdibujó la línea amigo/enemigo: violentos y demócratas, nosotros y ellos, Occidente y barbarie, Vida y Muerte. La lógica securitaria -que consiste siempre en que los súbditos desconfíen unos de otros y adhieran al soberano- no prendió. El racismo, latente, no se organizó. El cuerpo social se hizo inmune al virus de la histeria colectiva y su lógica del chivo expiatorio. La gestión del miedo fue cuestionada y desalojada del poder. Las nuevas asociaciones de víctimas (Asociación 11-M de Afectados de Terrorismo, Red Ciudadana tras el 11-M) elaboraron otro sentido al hecho de ser golpeados por el terror, más allá del odio cristalizado en deseo de venganza. Se nombraron a sí mismas como «afectados» y no como «víctimas», lo cual no supuso sólo un desplazamiento semántico. Pensemos siquiera por un momento en un detalle: tras el 11-M, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) exigía la expulsión de inmigrantes, el endurecimiento de la ley de extranjería y el cierre de mezquitas. ¿Qué efectos tiene para la vida social el hecho de que hayan perdido su monopolio sobre los sentimientos de las víctimas? No pocos. Ciertamente, la fuerza del anonimato es una potencia destituyente: disuelve, evita, impide, interrumpe, desmoviliza, etc. Pero que no sea un poder constituyente de «otro mundo posible» no significa que sea una fuerza puramente nihilista o negativa que despuebla este mundo. De hecho su capacidad destituyente depende de la positividad del común que teje (nuevas subjetividades, nuevas relaciones sociales, nuevas posibilidades para la acción). Tal vez no transforma la realidad, pero sí nuestra manera de vincularnos a ella.


8. ¿Entonces hay que esperar un acontecimiento para hacer política desde el anonimato?
El acontecimiento es un momento excepcional, pero sus efectos pueden persistir en lo más cotidiano. Todo depende de cómo se elabore/decida su sentido. Qué se hace con lo ocurrido, cómo se piensa y se actúa a partir de él. El acontecimiento no trae consigo una carga defatalidad. Sus intensidades pueden desvanecerse por completo, aunque esto por un momento nos parezca imposible. Podemos volver atrás. Persistir en el acontecimiento significa seguir sacando consecuencias. Llevar las marcas hasta el umbral de irreversibilidad donde se transforman en destino: una nueva piel sensible. Sólo así podemos «trasladar» el acontecimiento a otras situaciones y experiencias de la vida. Esa fidelidad no viene dada, hay que construirla. La fuerza del anonimato nos deja acontecimientos borrosos, atípicos o erráticos sin la «plenitud tempestuosa» [2] de los viejos acontecimientos revolucionarios (1871, 1917, 1936, 1968). Estos acontecimientos borrosos «se descifran lentamente y la cuestión de su alcance, es decir, de lo que significa serles fiel, es un trabajo que se hace en parte a ciegas» [3]. No nos entregan una verdad, hay que crear su verdad, nuestra verdad. Y para ello atreverse a pensar de qué manera esos acontecimientos desafían, desmienten y alteran lo que entendíamos por política. Arriesgar la identidad y su calor de establo -izquierda, extrema izquierda, medio radical- trabajando en el filo de lo ambigüo.


9. ¿Sólo una catastrofe, que traiga dolor y muerte, es hoy capaz de abrir espacios del anonimato?
En el caso del País Vasco por ejemplo, la muerte y el dolor constituyen el azufre que alimenta diariamente el dispositivo de control y neutralización de lo político. No se trata tanto de dolor como de un vaciamiento. El acontecimiento 11-M produjo un vacío de las identidades que cotidiamente nos separan, un vacío en el que las singularidades cualquiera descubrieron entre sí y politizaron un mundo común. El contexto clásico del Conflicto Vasco (identitario y dialéctico) hace del cualquiera -que cada uno es potencialmente- un héroe, un verdugo, un martir, un terrorista... Cubre y codifica con identidades previas cualquier posibilidad de un proceso inesperado, de un punto vacío, de una alianza imposible. Prohibe enunciados como «en ese tren íbamos todo»s o «el enemigo es la guerra». El escenario del 11-M es muy distinto.Cualquiera fue quien mató. Cualquiera fue quien murió. Cualquiera fue quien se movilizó. La muerte suspende una realidad obvia allí donde habita el hombre anónimo. Por otro lado, la V de Vivienda es una prueba muy clara de que es posible abrir un espacio del anonimato sin ninguna catástrofe previa (¡aunque la situación de la vivienda sea bien catastrófica!).


10. ¿En qué sentido «no tendrás casa en la puta vida» es un grito de guerra del anonimato?
«No vas a tener una casa en la puta vida» es un eslogan y al mismo tiempo no lo es, porque niega en vez de afirmar (una situación, un estado, una virtud, una carencia…). La fuerza con la que esta frase irrumpió en el imaginario social quizá se deba a que supo, de alguna manera, atravesar las defensas y conectar con lo que podríamos llamar una «interioridad común» [4]. Es como si esta expresión acertase a exponer públicamente un malestar colectivo, hasta ese momento vivido –y sufrido- de manera individual y en silencio. Este eslogan aparece en lo social rompiendo gran parte del sentido común que parece acompañar a otros eslóganes utilizados comúnmente por los movimientos sociales: no ofrece ninguna esperanza («yes, we can»), no ofrece ningún futuro («por un mañana sin pobreza»), no ofrece alternativas («otro mundo es posible») y, sin embargo, es un eslogan que parece contenerlo todo: la casa, los derechos, la (puta) vida… Cuando uno lee esta frase en la calle, sabe que nadie más que él mismo está detrás de ella. «Nadie está hablando por mi, nadie me está representando, eso, exactamente eso, es lo que pienso yo: no voy a tener una casa en la puta vida, soy yo el que sufre esa condición, esa es, efectivamente, mi vida».


11. ¿Se puede sostener lo insostenible? ¿Se puede hacer visible lo invisible?
La fuerza del anonimato irrumpe y aparece, no simplemente circula clandestina por los subterráneos de la materia social. No sólo se abstiene, huye, desaparece. No sólo dice: «preferiría no hacerlo», sino que también, a veces, rompe la relegación social y toma la calle, experimentando así la potencia de estar juntos, el gozo de sentir una fuerza común. Entonces busca comunicarse, replicarse, contagiarse, generalizarse. Así sucedió con V de Vivienda que, a partir de un mail escrito por cualquiera y que circuló libremente durante meses replicándose a lo largo y ancho de la red, consiguió movilizar a miles de personas, convocando una concentración en las principales plazas de las ciudades españolas el día 14 de mayo del año 2006. Pero a diferencia de otros espacios del anonimato, V de Vivienda no se quedó ahí y fue un paso más allá, convirtiéndose en la primera expresión anónima multitudinaria que aspiraba a sostenerse en el tiempo, exponiéndose a partir de entonces, inevitablemente, a los problemas de la visibilidad. Cuando surge el movimiento por la vivienda, elige como nombre una broma: V de Vivienda, y lo hace con la voluntad explícita de no ser nombrado, ni representado, ni tan siquiera identificado. Aparece ocultándose. De hecho V de Vivienda no significa nada, tan sólo una ironía en la que, precisamente por no ser nada, cabemos todos. «No vas a tener casa en la puta vida» interpela a lo que hay por debajo de las identidades. Está dirigido a cualquiera, más allá de una condición identitaria. Provoca un acontecimiento. Sin embargo, mantener la «cuota» de visibilidad que había ocupado sorpresivamente con su irrupción publica, le forzaría rápidamente a «tener una identidad». Parece como si ser alguien o algo es lo que diese derecho a domicilio en la visibilidad, como si el querer permanecer presente en el espacio mediático y político conllevase, obligatoriamente, tener que situarse y definirse: ser mileurista, ser joven, ser de izquierdas, ser subversivo, ser miembro de una tribu urbana, en definitiva, ser. El eslogan «no vas a tener casa en la puta vida», que efectivamente no representaba a nadie, fue una forma que la fuerza del anonimato adoptó con la intención de hacerse presente y visible -y sin duda lo consiguió. Pero a la vez, ese mismo eslogan cristalizó, involuntariamente, en una marca, en una identidad («repetición en y de lo Mismo»") que la dejaba fija en un lugar y le arrebataba toda su espontaneidad. En definitiva, para ocupar una cuota en la visibilidad lo que se exige es perder la fuerza del anonimato, de la ambigüedad, de la experimentación y de la interpelación a la singularidad cualquiera y no aestos o aquellos. De momento así ha sido, pero en verdad nadie sabe lo que la fuerza del anonimato puede.


12. ¿Cómo es posible un «anonimato en primera persona»? [5]
El recurso al anonimato ha sido una constante en las luchas que querían enfatizar la naturaleza colectiva de la producción política -de discursos, símbolos, enunciados, dispositivos- contra las estrategias (externas o internas) de control, privatización, individualización o jerarquía. El anonimato, como espacio de todos y de nadie, afirmaba así el poder de cualquiera para actuar políticamente (contra la hegemonía de expertos o especialistas) y la fuerza de un nosotros colectivo, abierto. Pensemos por ejemplo en el movimiento de Mayo del 68 y su producción anónima y colectiva de carteles, panfletos, pintadas, ciné-tracts, etc. O en los pasamontañas zapatistas, «detrás de los cuales estamos ustedes»: símbolo de una comunidad de lucha abierta y procesual. O en el travestismo de identidades y la guerrilla de los nombres múltiples -disponibles para cualquiera- en los albores de la red. O en la tentativa del Proyecto Luther Blissett de formular una nueva mitología, expresamente adaptada al potencial antagonista de un sujeto productivo emergente: el trabajador inmaterial, figura principal del «capitalismo de espiritu» basado en la comunicación y la creatividad («Necesitamos mitos, narrativas que inciten a la intelectualidad de masas a pasar a la acción»).
Pero si aquel tipo de anonimato quiere expresar sobre todo la potencia de lo colectivo (comunidad abierta, sujeto multitudinario, inteligencia colectiva, cooperación social, etc.), el «anonimato en primera persona» extrae su fuerza de la conexión entre singularidadescualquiera que hablan en nombre propio: los mensajes que nos convocan a la calle (sms) son personales; la confianza que les otorgo viene precisamente de que conozco a quien me lo envía; a las manifestaciones se llevan pancartas individuales con lemas propios; lo que funciona mejor y se comparte son los testimonios da cada uno sobre las condiciones de vida, etc. El anonimato en primera persona se mueve a sus anchas por la web 2.0. que, al mismo tiempo, es el espacio de exposición privilegiada del «I am what I am» típico del capitalismo posmoderno. La blogosfera -y no los espacios de comunicación política antagonista- tuvieron una importancia decisiva en el nacimiento de movimientos como la V de Vivienda. Cuando empezaron a surgir los blogs hace unos años, desde los espacios politizados de comunicación alternativa se los veía con mucha distancia: se juzgaban sólo como la expresión del narcisismo autorreferencial del sujeto, incapaz de construir algo colectivo. Un paso atrás. Sin embargo, quizá surgieron precisamente en respuesta a la comunicación desencarnada que inundaba la red -una de cuyas declinaciones sería el discurso hiper-ideológico que fue apoderándose de los espacios comunicativos más politizados- como otra forma posible de articular el yo y el nosotros, de conjugar lo común y la singularidad. El anonimato en primera persona introduce otro concepto de «verdad». Ya no se trata de oponer la verdad «antagonista» a la verdad oficial, como en la contrainformación. Pero tampoco se trata de disolver la verdad en un juego de imágenes, como en la guerrilla de la comunicación. El anonimato en primera persona pone en juego verdades no ideológicas. Sostenidas por una experiencia («lo que yo veo y vivo») y vinculadas a una afectación, a una emoción (no las verdades frías del racionalismo y la ideología). Verdades que no se llaman a engaño (porque son vividas), aunque se puedan elaborar en muy distintas direcciones. Verdades que en ocasiones se pueden «comunizar» en tanto que parten del malestar ante un fondo de precariedad compartido: «No nos representan», «No tendrás casa en la puta vida», «Íbamos todos en ese tren», etc. Verdades de cada cual que forman juntas una interioridad común.


13. ¿Cuál es la radicalidad de los espacios del anonimato?
¡Ningún radical diría que existen! Pero la radicalidad nunca está dónde se la espera. Volvamos al incómodo ejemplo del País Vasco. Hay que preguntarse hasta el fondo: ¿por qué las subjetividades militantes han sido incapaces durante décadas de debilitar el dispositivo (llamado Conflicto Vasco) que bipolariza lo social como modo de gobierno y neutralización de lo político? A la matriz militante amigo/enemigo se le funden los plomos en condiciones de complejidad (donde el adversario no está claro, las alianzas no están claras...). Cuando se sigue pensando el conflicto político como una «guerra» (relación de fuerzas, enemigo, violencia, contrapoder), ¿cómo llegar a pensar que la guerra misma (y no éste o aquel contendiente) puede ser una forma de gobierno, es decir, de hacer que «nada pase, todo funcione y reine la situación normal»? [6] Y sin embargo los dispositivos de poder pasan hoy por la gestión de la guerra de todos contra todos (que, según el caso, se suscita, se modula o se instrumentaliza): gestión de la inseguridad y el miedo sobre un fondo de precarización general de la existencia y «sálvese quien pueda» donde la producción del otro como enemigo es constante. El elemento ideológico conduce a tratar de codificarlo todo en términos binarios cuanto más definidos y estables mejor. Define un nosotros identitario donde no entracualquiera. Siempre parte de lo que falta (deber ser) y nunca de lo que hay. Se blinda a la afectación, a la situación (por ejemplo sólo se conmueve con los afines ideológicamente). Piensa la victoria como la aniquilación del adversario y ni se le pasa por la cabeza la posibilidad de hacerse amigo del enemigo. Ignora los recursos que podemos encontrar hoy en las zonas grises o indiscernibles. Desprecia las sutilezas de la ambigüedad, la inteligencia de la paradoja y la potencia de la duda. Allí donde los espacios del anonimato ensayan estrategias para ausentarse de los dispositivos que nos separan (como por ejemplo el silencio), la subjetividad militante sólo puede ver carencia, cobardía o insipidez pre-política. No soporta no ser. No es ninguna casualidad que los militantes estuvieran ausentes del primer plano tras el 11-M. Incapaces de sentir la energía de la parte quieta del movimiento, sólo presagiaban (presagiábamos) «la fascistización de lo social». En realidad su zozobra ante los acontecimientos abrió paso a la posibilidad de nuevas respuestas.


14. ¿Se puede intervenir sobre el anonimato?
No sin intervenir sobre el propio anonimato. En los años 60-70 la revuelta contra el Partido-Maestro y el Libro decía: «no se trata de trazar una hipótesis y elaborar desde ahí la línea política que se aplica en las situaciones concretas: hay que partir de la práctica de masas, ir a la realidad, reencontrar la realidad». No presuponer las luchas con categorías, sino aprender apercibirlas en situación y darles nombres. No buscar cómo se realizan en la práctica las ideas, sino encontrar ideas en las prácticas. De ese impulso surgieron invenciones políticas y colectivas como la encuesta obrera o la práctica del «establecimiento» en las fábricas. Sin embargo, hemos visto demasiadas veces cómo por ejemplo la encuesta funciona en circuito cerrado -los mismos criterios previos de los que se parte son los que filtran lo que se escucha, la información que se recoge- y sirve simplemente para verificar hipótesis previas. La soberbia del Libro simplemente se hace más sutil. Intervenir sobre el anonimato exige entonces ir más allá: suspender la maldición de la visión vanguardista, los acercamientos instrumentales y las respuestas automáticas. Ello exige romper radicalmente con la voz en off militante que no sale de ningún sitio, con la tercera persona del «movimiento» o la «multitud» que nos absuelve de tener que hablar en nombre propio y ponernos en juego. Romper radicalmente con la exterioridad vanguardista que se plantea cómo acercarse a... organizar a... preguntar a... llegar a... atraer a... convencer a... entusiasmar a... Otro. ¿Qué significaría entonces ir a la realidad, reencontrar la realidad en el caso de la fuerza del anonimato? Como mínimo significa partir de su mismo centro de energía: el ser afectados. No ir hacia el Otro sin interrogar al Otro en uno mismo. No abrirse a otras creaciones sin un movimiento en nuestro propio interior. Sin la sacudida de esa afectación común (que no idéntica), no hay auténtica apertura ni horizontalidad, preguntas genuinas, acercamientos afectivos desde un no-saber, acontecimiento. Todo nos es indiferente, nos deja como estábamos, no nos compromete a nada… O bien es el tablero de ajedrez donde se despliega nuestra estrategia, nuestra línea, nuestra hipótesis.


15. Algunas referencias y documentos
11-M «Desarmar la inseguridad,» Margarita Padilla, Revista de Espai en Blanc nº 1-2: Vida y política. «Las luchas del vacío», Margarita Padilla y Amador Fernández-Savater, Revista de Espai en Blanc nº 3-4: La sociedad terapéutica Red Ciudadana tras el 11-M. Cuando el sufrimiento no impide pensar ni actuar, Desdedentro, Acuarela Libros & A. Machado, Madrid 2008.
Sobre la V de Vivienda Todos los análisis del Grupo 47 se pueden leer aquí: http://agitpub.wordpress.com/
Sobre el Conflicto Vasco «Por una crítica del Conflicto Vasco», Ekhi Lopetegui de la Granja (en este mismo número de Espai en Blanc).
[1] Giorgio Agamben, La comunidad que viene (Pre-textos, Madrid, 1996).
[2] Alain Badiou, ¿Se puede pensar la política?, Nueva Visión (Buenos Aires, 1990)
[3] Alain Badiou, «Pensar el surgimiento del acontecimiento», revista Archipiélago (nº 80-81).
[4] «La interioridad común», Santiago López Petit, Revista de Espai en Blanc nº 1-2: Vida y política.
[5] Tomamos la expresión de Gilles Deleuze en su Foucault (Paidós, México, 1991).
[6] Appel, texto anónimo (http://rebellyon.info/article5691.html).




14 d’octubre, 2010

14 d'octubre, Plaça Osca: Assemblea de BCN

El Moviment del 25 va sorgir de l’Assemblea de Barcelona, com una forma de fer extensible la vaga a aquells i aquelles que no podíem fer vaga.

flyer_convocatoria
A l’assemblea del dia 15 a Plaça Universitat, l’Assemblea de Barcelona va convocar per aquest dijous 14 una trobada de valoració. Necessària per trobar-nos els còmplices, per pensar com continuem, per tornar a trobar-nos al carrer.
assemblea de barcelona






La nostra vaga no cap en un sol dia

12 d’octubre, 2010

Del Grup Surrealista de Madrid

Oda  a los proletarios humillados y ofendidos

«Aquellos tiempos de doña Margarita Thatcher, cuando los políticos aceptaban gustosos las órdenes de los banqueros para eliminar impuestos y suprimir regulaciones, se han trocado en gritos de ayuda que marcan un cambio abrupto respecto a las viejas demandas de libertad frente a las interferencias. Pero si los auxiliados piensan que cumplida su misión de socorrista el Estado les permitirá el retorno al business as usual comprobarán su error. Los electores no lo consentirían.»
    Miguel Ángel Aguilar, El País (14-10-2008)

«Los pobres han sido necesarios hasta ahora para elevar al mayor número posible a la categoría de clases medias. Y han sido necesarios a lo largo del XIX y XX para producir. Pero hoy no, hasta las clases medias son innecesarias. Pero vamos a ver: tasa de paro juvenil más del 40% en España. Entre 16-19 años, 60%. Por pura lógica estos chicas/os tendrían que estar pegando gritos por la calle y no lo hacen, no son revolucionarios. Estarán de botellón, se irán a Somalia y se fumarán un canuto, pero no son folloneros. ¿Usted cree realmente que alguien va a tomar el palacio de invierno? Yo no.»
   Santiago Niño, El País (12-9-2010)


Por vuestra miseria consentida
Por la forma en que educáis a vuestros hijos
Porque os dejáis pisotear por vuestros dueños
Por la forma en que pisoteáis a los que aun son más miserables que vosotros
Por ensuciar la luz de vuestras conciencias
Porque  miráis a otro lado
Porque maltratáis vuestro espíritu
Por vuestro empeño en ser esclavos
Porque trabajáis
Porque os vendéis y deseáis comprar a los demás.
Porque lloráis como niños en vez de jugar
Porque sois como borregos
Por vuestra cobardía
Os desprecio.


                                  Unos proletarios
por el fin del proletariado
de los sindicatos que lo domestican
y de la sociedad de clases que lo ha creado para explotarlo
en trabajos imbéciles y miserables y aburridos y enfermizos
a cambio de cosas muertas inútiles tristes
que pudren por dentro y por fuera amortajan el planeta.
Por la abolición de la economía la supervivencia y el vacío
por la verdadera vida
¡Utopía o Nada!


10 d’octubre, 2010

Rifkin i Drucker: el fin del trabajo


La reestructuración de los sistemas productivos y la permanente susti-tución de seres humanos por máquinas han empezado a cobrarse trágicamente la vida de millones de trabajadores. En la cuarta parte, «El precio del pro-greso» , repasaremos en profundidad cómo la tercera revolución industrial afecta a la fuerza de trabajo global. Las tecnologías de la información y las comunicaciones y las fuerzas del mercado están rápidamente polarizando la población mundial en dos frentes irreconciliables y potencialmente contra-rios: una nueva élite cosmopolita de «analistas simbólicos» que controla las tecnologías y las fuerzas de producción y el creciente grupo de trabaja-dores despedidos, con poca esperanza y menores perspectivas de encontrar trabajos significativos en la nueva economía global basada en las altas tec-nologías.

UN MUNDO SIN TRABAJADORES Cuando la primera ola de automatización afectó a los sectores indus-triales a finales de los años 50 y principios de los 60, los líderes sindicales, los activistas de los derechos civiles y un amplio espectro de críticos socia-les dieron rápidamente la voz de alarma. Sus inquietudes, sin embargo, eran poco compartidas por los líderes empresariales, en una época en que se con-tinuaba creyendo que los incrementos en la productividad causados por las nuevas tecnologías de la automatización tan sólo incrementarían el creci-miento económico y promoverían un aumento del empleo y del poder ad-quisitivo. En la actualidad, sin embargo, un pequeño pero cada vez mayor número de ejecutivos de empresa están empezando a preocuparse por los derroteros que toma la nueva revolución tecnológica. Percy Barnevik es el consejero delegado de Asea Brown Boveri, una empresa de capital conjunto sueco y suizo, con una facturación anual de 29-000 millones de dólares, fabricante de generadores eléctricos y de sistemas de transporte, y una de las mayores empresas de ingeniería del mundo. Al igual que ocurre con otras empresas de ámbito mundial, ABB ha iniciado recientemente un pro-ceso de reingeniería de sus operaciones, recortando cerca de 50.000 traba-jadores de su plantilla e incrementando sus beneficios en un 60% en el mismo periodo. Barnevik se pregunta: «¿Adonde irán a parar todos estos empleados?». Él mismo predice que la proporción de masa laboral europea empleada en el sector industrial y en el sector de servicios se reducirá del 35 % actual a un 25 % dentro de diez años, con una posterior reducción de hasta el 15 % al cabo de un periodo de veinte años.

Peter Drucker, cuyos libros recientes han facilitado la interpretación y la comprensión de las realidades económicas, dice, de forma contundente, que «la desaparición del trabajo como factor clave de producción» se transformará en «el proceso inacabado de la sociedad capitalista».

08 d’octubre, 2010

Trobada del Moviment del 25 (2 d'octubre del 2010)


El passat 2 d’octubre a les 17:00 ens vam trobar a Plaça Catalunya desenes de persones disposades a no donar per tancat l’espai polític obert a la ciutat amb l’expropiació del Banc de Descrèdit per part del Moviment del 25. Com era d’esperar després de tants dies de pressió, desinformació i alarma mediàtica (que no social), la zona era infestada de policia a tort i a dret, uniformada o disfressada, motoritzada o a peu. Els agents de paisà (hom diria “secretes” si no fos perquè de cap manera passaven desapercebuts: pinganillo, males maneres, prepotència, etc.), després de realitzar unes quantes identificacions intimidatòries (sobretot a aquells que més els semblaven anar “vestits per a matar” i a aquells que dinamitzaven la trobada), i a la vista de que, un cop més, la trobada es preveia pacífica, van consentir en deixar-nos exercir en pau el nostre dret inalienable de poder parlar.

Aquest és l’escrit que es va llegir al començament de l’acte:

Companyes...

Avui ens retrobem aquí un grup de persones absolutament heterogeni però que, com a mínim, tenim una cosa en comú: totes hem format part d’aquest privilegiat moment col·lectiu que ha estat l’ocupació de l’antic banc de crèdit espanyol i el moviment del 25 de Setembre.

I ens retrobem perquè així ho vam voler aleshores.
Perquè des del començament vam estar d’acord en què allò que havia possibilitat l’Assemblea de Barcelona i que es concretava en el Moviment del 25 anava molt més enllà del 29-S.
Perquè per primera vegada en molt de temps vam deixar de sentir-nos soles. Vam poder veure’ns les cares i escoltar-nos les veus, vam poder compartir il·lusions i neguits, teixir complicitats i proposar noves pràctiques que responguessin a necessitats col·lectives concretes.

Els centenars de persones que érem a l’assemblea del diumenge 26, i en les que van seguir, no podem sortir de la nostra perplexitat. Som gent de diferents edats, de diferents generacions, de diferents procedències i tradicions, de processos de politització molt desiguals, amb necessitats i realitats increïblement dispars. Formem, certament, un col·lectiu gairebé inclassificable. I justament per això no podem de cap manera entendre el procés de criminalització al que s’està sometent aquest moviment que sentim tan nostre, tot i que amb prou feines som encara capaços de verbalitzar-lo.

L’espai, ja us en haureu adonat, no és el mateix.
Però, de fet, tant hi fa.
Moltes de nosaltres, després del 29, amb la pèrdua del l’espai, vam sentir una penosa sensació d’orfandat, d’abandó, de confusió, de noves temporades de soledat.
Fins que hem entès que el que es va obrir a la ciutat amb l’expropiació del banc no era un espai físic. Era un espai polític, un espai social. L’espai que es va obrir a la ciutat érem nosaltres, les que avui som aquí, les que volem viure, les que volem entendre allò que ens envolta i estar connectades a la nostra època i al moment en què vivim. Les que no volem estar soles mai més.

Per això ens retrobem aquí a la Plaça de Catalunya.
Per dir amb veu ferma que no ens sentim culpables de res i que volem seguir endavant amb allò que hem engegat. Que volem seguir compartint les nostres emocions i el nostre malestar. Que volem donar continuïtat a les comissions de treball que van sortir al banc: vivenda, migració, art per a la transformació, solidaritat intergeneracional, alimentació, transport, gènere. Comissions que ja han començat a caminar, i a les que cal veure com es dóna continuïtat i de quina manera poden articular-se amb el treball que ja es fa a les Assemblees de Barri i a l’Assemblea de Barcelona.
Aquest espai d’avui té, sobretot, com a objectiu, recuperar aquesta dinàmica propositiva que ja és imparable. Té com a objectiu no perdre l’embranzida i tornar-nos a connectar.

Per tant: ben retrobades!

La trobada va durar gairebé una hora i mitja. Es va habilitar un espai paral·lel per a que els nens i nenes presents poguessin esbargir-se (pintura i un mural a terra). Els participants vam compartir el nostre malestar pel tracte que els mitjans de comunicació estaven donant a l’ocupació del banc i de les manifestacions del 29; hi havia en totes el desig intens de continuar amb el que s’havia començat, de fer créixer la lluita; el fet d’ésser allà tres dies després, i malgrat la pressió política i policial, va ésser interpretat col·lectivament com una presa de paraula, com una victòria contra la por; algunes propostes van aventurar que potser fóra bona idea seguir retrobant-nos a l’aire lliure, davant l’espai desallotjat, per que el moviment romangués visible, però la proposta va generar dubtes, sobretot logístics; vam recollir les dades de tothom i les temàtiques que volíem continuar treballant (en connexió amb les comissions de treball creades dins el Banc); algú va assumir la responsabilitat de connectar cadascuna de les que havia deixat les dades amb el seu barri i amb les seves comissions; i ens vam emplaçar a retrobar-nos a les assemblees de barri i el 14 d’octubre a la plaça Osca.

Vam tancar l’acte escrivint al mural de terra les emocions i idees que responguessin, per nosaltres, a la pregunta “Quina ha estat la teva vaga?”. I vam deixar el mural estès a terra, amb la pàgina web i l’adreça de correu electrònic, perquè tothom que hi passés aquella tarda sabés que encara hi érem, i que juntes ho podríem tot. 








   

05 d’octubre, 2010

Com un cabró (Víctor López)

He tirat filla meva com un cabró. És veritat que he tingut els meus neguits i llacunes i amb ta mare Irene hem passat les nostres ganes. Els nostros sofregits de patiment però crec, t’ho puc dir, sacrificada mare, he sigut disciplinat. L’Òscar en aquest sentit, com jo, també ho ha sigut. Un home disciplinat. No callat com jo i amb la vista extraviada i perduda pels camins del ningú i el no res que tant agraden a les literatures però sí que he tirat com un cabró com he pogut de la vida. Cert que la meva relació amb tu Irene mai han sigut flors i violes, però mai que jo sàpiga hem fet el salt a la responsabilitat de dur al món a Marina.

04 d’octubre, 2010

Nihilismo de calle (Víctor Lopez)


Una calle distraída sin distritos ni goteras, ni grises palomas que la pueblen junto a caminantes personas que le desgasten el asfalto es una política calle nacida sin griega ciudad y sin nombre. No es ni tan siquiera el lugar donde los buscones cojos y mancos despreciados por la sana sociedad feliz en su ombligo de estulticia puedan comer y alimentarse. Huyen de ellas, de Omelas y los cojos buscan el logos mental en una retroprogresión que no existe. La calle del lugar que no existe, como los mitos del logos, palabras llenas de metafísica y conceptos que nada delimitan.

Su padre había huído pero era un nombre griego y los nombres griegos con habitud no tienen buenas tardes ni categóricos imperativos que sirvan como maderas salvadoras de náufragos Marios de la cotidianeidad. Ella huía con Mahabharata y trabajadas de sollozos notas de violín. Empezaba a entender a su engendrador padre.

Las personas debemos huir y no hacer caso a los psicólogos tocados por la venenosa droga de la ciencia. Recluirnos en nuestro sabio silencio y lastrar el equilibrio inestable que provoca la fuerza. Esta huída se constata en el Vago de Baroja  pero no en el Escribiente. El Escribiente de Borges, le ha agradado su lectura es el pesimismo de la historia, la huída que todos debemos hacer  por uno de los dos caminos posibles, la racionalidad del idealismo o la locura del realismo, pero no por el camino del medio que no existe y además es inerte. ¿Una inexistencia inerte, hay mayor inutilidad?

Ahora (Víctor López)

Ahora, que estoy fea y gorda
         como un cielo de amor
por nuestros hijos.
Ahora que soy una mujer
Y te doy lo mejor de mí,
Ahora no me quieres y me
Eruptas el cariño que te
he dado.

Ahora buscas el amor en
vientres estrechos de vida
que buscan estilistas y hemosos
cuerpos sin machacar.
Sin trabajar.

Esos cuerpos de luna y noche
que pagas.
Esos cuerpos a los que no
Les gusta el sol
Ni saben lo que son
Los nenúfares
Me dan celos que no puedo arrancar
de mi encima.
Y tú me eruptas el cariño
Que te he dado.

Lobo Estepario (Herman Hesse) (Víctor López)

… el problema la desesperanza de la vida humana: la grandiosidad del momento y su miserable marchitarse, la imposibilidad de corresponder a una elevada sublimidad del sentimiento de otro modo que con la cárcel de lo cotidiano, la aspiración ardiente hacia el reino del espíritu que está en eterna lucha a muerte con el amor también ardiente y también santo a la perdida inocencia de la naturaleza, todo este terrible flotar en el vacío y en la incertidumbre, este estar condenado a lo efímero a lo incompleto a lo eternamente en ensayo y diletantesco en suma, toda la falta de horizontes y de comprensión y la desesperación agobiante de la naturaleza humana.  


Ya he consignado algunos detalles del lobo estepario. A primera vista daba desde luego la impresión de un hombre superior, nada vulgar y de extraordinario talento; su rostro, lleno de espiritualidad, y el juego extremadamente delicado e inquieto de sus rasgos reflejaban una vida anímica interesante, excesivamente agitada, enormemente delicada y sensible. 

01 d’octubre, 2010

AMB EL MOVIMENT DEL 25 DE SETEMBRE S’HA OBERT UN ESPAI SOCIAL I POLÍTIC A LA CIUTAT


PRÒXIMA CONVOCATÒRIA: DISSABTE, 2 D’OCTUBRE A LES 17H A PLAÇA CATALUNYA. Juntes ho podem tot!


Els successos ocorreguts en el marc de la vaga general del 29 de setembre no han aturat res. A la crida realitzada a totes aquells i aquelles que volien fer la vaga, però teniem dificultats per exercir el dret a vaga, hem respost. Les precàries, els aturats, les treballadores domèstiques, els col·lectius amb diversitat funcional, els sense papers, les treballadores sexuals, les treballadores temporals, les persones hipotecades o ja desnonades…, vam decidir que fariem nostre aquest espai com a mínim fins el dia 29 per construir un moviment que vagi més enllà de la vaga general. Doncs la nostra vaga no cap en un sol dia.
La vaga general del 29 de setembre era necessària: per a totes les persones que patim individualment uns problemes que són socials, fou una oportunitat extraordinària per a expressar les nostres necessitats, els nostres desitjos i i les nostres propostes de manera col·lectiva. Una oportunitat que operatius policials que bordejaven i travessaven la seva pròpia legalitat no van poder ofegar.


Aquesta vaga va ser el moment per a trobar-nos i buscar el que ens uneix, aquesta vaga ha estat l’oportunitat d’organitzar-nos per a resistir en la vida quotidiana, per ajudar-nos mútuament i per a tenir prou forces com per lluitar i crear alternatives a les nostres situacions.
Aquesta vaga ha estat un èxit  i d’ella en sortim més fortes: si abans estàvem soles, ara ens hem trobat.


La vaga ha servit per a oposar-nos a les retallades socials que afavoreixen els rics i maltracten més a les que no tenim diners, però sobretot ha estat el dia on tots juntes hem expressat al carrer les nostres exigències i les nostres solucions.
Necessitem aturar la reforma laboral que precaritza encara més als i les treballadores.
Necessitem resoldre d’una vegada el problema de l’habitatge, les hipoteques assassines, els lloguers abusius, els milers de desnonaments i desallotjaments, els milers de famílies sense casa.


Necessitem transport públic gratuït, per a moure’ns per la ciutat per anar a treballar o buscar feina o anar a passejar.


Necessitem aturar l’encariment constant dels preus, la vida cara que ens van imposar amb l’excusa de l’euro.


Necessitem accedir a la renda bàsica per a viure, doncs és intolerable que 300.000 barcelonines visquin amb 600 euros al mes.


Necessitem repartir la riquesa d’una forma profunda, acabar amb les desigualtats econòmiques insultants a l’inici del segle XX1


Necessitem abolir lleis que van en contra de la dignitat humana com les ordenances del civisme, les lleis d’estrangeria i els seus centres d’internament, les presons per a pobres.
Necessitem repartir el poder i acabar amb qualsevol forma de discriminació per motius de gènere, color, opció sexual, nacionalitat o situació legal.


Necessitem acabar amb l’economia capitalista que ens tracta com a objectes.


Necessitem tornar a fer nostra la ciutat que ens expulsa amb el turisme i els hotels.


Per aquests necessitats, i milers d’altres que volem que siguin parlades i escoltades entre totes i tots, ens proposem a nosaltres mateixes i a totes aquelles persones que se sentin interpel·lades a:


A consolidar els Comitès de Vaga als barris més enllà del 29-S perquè esdevinguin Comitès per autoorganitzar la vida de forma col·lectiva.


Crear nous espais de resistència i ajuda mútua en els llocs de treball.


Crear eines de solidaritat entre la gent represaliada per colar-se al metro, per no tenir papers, per fer música o trobar-se al carrer, per fer el top manta o el treball sexual.


Crear cooperatives de treball per a resoldre des de l’autogestió el problema de l’atur i la precarietat.
Crear un nou sindicat internacionalista on ens trobem per a lluitar plegats gent amb papers i sense papers, gent nascuda aquí i gent nascuda allà.


Crear grups de consum crític, cooperatius i autoorganitzats, per a deixar de consumir mercaderies supèrflues i perjudicials i trencar el parasitisme dels grans intermediaris


Crear cooperatives de crèdit o participar en les que ja existeixen per tal de deixar d’ingressar els pocs diners que tenim als bancs capitalistes.


Crear els Comitès que creguem convenients  per a impulsar la resolució d’aquestes necessitats, per a impulsar els nostres desitjos, per a fer extensives les nostres lluites i  les dels altres, per a practicar l’ajuda mútua, per a crear una nova societat.


PER TOTS AQUESTS MOTIUS,

Fem una crida a reconèixer-nos humilment en les lluites dels altres.
Fem una crida a aturar la resignació i la indiferència.
Fem una crida a aturar la ciutat per a crear-la d’una altra forma més humana.
Fem una crida a estar juntes i a somriure una altra vegada.
Fem una crida a adonar-nos de les nostres pròpies capacitats: juntes ho podem tot.
Amunt amb el Moviment del 25 de Setembre!
Amunt amb l’Assemblea de Barcelona!
Amunt amb la Vaga General!

Assemblea del Moviment del 25 de Setembre


PRÒXIMA CONVOCATÒRIA: DISSABTE, 2 D’OCTUBRE A LES 17H A PLAÇA CATALUNYA. Juntes ho podem tot!