20 de gener, 2011

Somos Anonymous (El País, Joseba Elola)




Una legión de ciberactivistas se moviliza en la Red. Se hacen llamar Anonymous y dicen luchar por la transparencia, la libertad de expresión y los derechos humanos. No muestran la cara ni tienen líderes. La semana pasada tumbaron las webs oficiales de Túnez, tras la autoinmolación de un joven. Hace un mes, atacaron a las empresas que cortaron el grifo a Wikileaks. Son un movimiento germinal, fuertemente libertario y de contornos confusos. Este es su retrato
JOSEBA ELOLA 16/01/2011


Este es su lema: "Somos una legión, no perdonamos, no olvidamos, espéranos. Anonymous". Así es como cierra sus anuncios y comunicados este movimiento sin líderes y sin portavoces, con voz, pero sin cara. O más bien con máscara: la máscara del anarquista revolucionario de V de Vendetta, la novela gráfica de Alan Moore, la que inspiró la película protagonizada por Natalie Portman y Hugo Weaving en 2006. La máscara se ha convertido en símbolo de un movimiento ciberactivista que no se anda con chiquitas. La semana pasada colapsaron las webs oficiales de Túnez , tras la inmolación de un joven de 26 años. El lunes pasado la tomaron con la web del partido irlandés Fine Gael. Atacaron a la SGAE y a los partidos políticos españoles al hilo de la ley antidescargas. Y hace un mes le metieron mano a Visa, Mastercard, PayPal y Amazon, las empresas que dieron la espalda a Wikileaks.

En Anonymous sería imposible que se produjera un infiltrado, aseguran, porque no hay líderes
"La mayor parte de los 'anonymous' no son 'hackers', son usuarios de Internet como cualquiera", dice uno
Todo apunta a que sus miembros consideran más que superada la vieja dialéctica izquierda-derecha
En España, Anonymous cuenta con una base de entre 1000 y 2000 personas, con distinto nivel de compromiso

Anonymous está en su momento. Su gente está motivada. La persecución a Wikileaks era el acicate que necesitaban. No van a parar.

Woolwich, a 45 minutos del centro de Londres, exteriores de la Real Corte de Justicia. Acaba de comparecer Julian Assange, fundador de Wikileaks; es martes 11 de enero y una treintena de activistas se manifiestan en apoyo de su gran inspirador, de su nuevo héroe. Entre ellos, Magnonymous, joven de 22 años que oculta su cara tras la máscara de V de Vendetta. "Nos opondremos a cualquier violación de derechos humanos. Nos opondremos a cualquier ataque del Gobierno. Si esto sigue así, la revolución será la única opción".

Magnonymous es uno más, no es portavoz de nadie, y menos de un movimiento que no quiere portavoces, como se apresuran a decir todos los miembros de Anonymous apenas empiezan a hablar con un periodista. Le pidió el día libre a su jefe para venir a manifestarse a este lejano juzgado, la corte a la que traen casos en que es preciso mantener a la prensa y al público a raya, el lugar donde fueron juzgados los terroristas de los atentados de Londres de 2005. "No somos miembros de ningún grupo político, no somos políticos, somos activistas. Me ofendería si me adscribieran a cualquier corriente política".

Entender el universo Anonymous no es cosa fácil, el fenómeno es el perfecto reflejo del nuevo mundo en el que vivimos, de la nueva sociedad que está naciendo a raíz de la revolución digital. Todo apunta a que sus miembros consideran más que superada la vieja dialéctica izquierda-derecha. Total, qué más da que gobiernen el centro-izquierda o el centro-derecha, todos van a hacer lo mismo, todos están al servicio de los grandes bancos y las grandes empresas, todos van a seguir intentando controlar el chiringuito.

Pues bien, aquí hay una legión de jóvenes que no quieren que se oculte que las cañerías del chiringuito no desaguan bien; no quieren que se oculte que hay varios en el chiringuito que meten la mano en la caja; no quieren que se oculte que a un disidente de la gestión del chiringuito le quisieron tapar la boca. No quieren que se oculte nada. La nueva dialéctica: estar a favor del ocultamiento o de la transparencia. Una de dos.

Este movimiento global, transnacional, transversal, también es difícil de entender porque se gestó en la Red, con las inercias propias de Internet. Es producto del momento, de la interacción, de la necesidad de movilizarse en un mundo cínico, corrupto e injusto. Se ha tejido de forma orgánica, conversación sobre conversación, idea sobre idea, propuesta sobre propuesta. Cualquiera puede formar parte de Anonymous, cualquiera puede entrar cuando quiera y sumarse a la conversación en webs como whyweprotest.net. Entrará en un mundo en el que la gente se va poniendo progresivamente de acuerdo sobre una idea hasta que una suerte de consenso espontáneo indica cuál es el siguiente objetivo, contra quién hay que lanzar el próximo ataque. Algún diario, como The Guardian, ha sostenido que están más coordinados de lo que ellos mismo creen.

No todos los miembros de Anonymous son hackers, no. Los hackers son una gran minoría del colectivo. La mayoría son ciberactivistas que participan en la conversaciónonline y, ocasionalmente, en la protesta en la calle. En torno a unos 1.000 integrantes, según la experta Gabriella Coleman, son los que ponen sus ordenadores al servicio de los ataques contra webs, los que se descargan el dispositivo que permite que su ordenador, cautivo, pueda ser parte de los llamados DDoS, ataques distribuidos de denegación de servicio.

Los DDoS son el arma que los ciberactivistas tienen más a mano. Permiten realizar operaciones que consiguen un considerable eco mediático y que afectan a la imagen de la marca contra la que se dirigen. Consisten en mandar simultáneamente, orquestadamente, miles de peticiones a un servidor para que se colapse. Así ocurrió el pasado 8 de diciembre.
Mastercard decidió cortar en esa fecha el grifo a Wikileaks. Cualquiera que quisiera hacer una donación a la plataforma de Assange no podría hacerlo a través de una tarjeta de esta compañía. La decisión desencadenó el ataque. "Registramos lo que llamamos un super heavy traffic ", declara en conversación telefónica Cristina Feliú, portavoz de Mastercard para España y Portugal. "Eso significa que quien entró en nuestra página notó que funcionaba con mayor lentitud". Pero no se produjo, según dice, ningún problema en las operaciones de sus clientes con tarjetas, ni ningún tipo de fraude. "Al día siguiente ya habíamos recuperado el ritmo". Desde Visa declinan hacer comentario alguno y se remiten a los comunicados que afirmaban que los ataques no afectaron a sus operaciones.

Evidentemente, en ese gran colectivo cuya cifra de miembros y simpatizantes es difícil de estimar (los miembros consultados hablan de decenas de miles) hay hackers. Y, de hecho, el FBI está tras sus pasos. Un joven holandés de 16 años fue arrestado poco después de los ataques en su casa, en La Haya. Admitió que había participado en ellos y fue puesto a disposición judicial. "Admitir que participaste no es muy inteligente", explica Philter, estudiante de 19 años y miembro de Anonymous. "El chico tenía 16 años y se asustó, era bastante inexperto, no tomó las suficientes precauciones".

Hablar con la gente de Anonymous no es fácil. Desconfían de los periodistas, de que sus comunicaciones estén intervenidas. No ven con muy buenos ojos a los medios de comunicación tradicionales: desde su punto de vista, ayudan a que se mantenga el statu quo. El hecho de que un diario como EL PAÍS o The Guardian hayan participado en la difusión de los cables de Wikileaks ha supuesto, explica Hamster, informático londinense de 26 años, un plus de credibilidad para medios hasta ahora poco apreciados.

La semana pasada nos pusimos en contacto con miembros de Anonymous en España. Aclarando, como siempre, que no respondían en calidad de portavoces de nadie, ya que el movimiento no tiene portavoces, declinaron realizar una entrevista telefónica o en persona. Cualquiera que intente destacar un poco entre los anonymous es automáticamente rechazado por el resto de la comunidad. Así ocurrió en Londres en diciembre con Coldblood, un anonymous que dio la cara ante los medios en los días del proceso a Assange. "Coldblood ha sido condenado al ostracismo", confirma Hamster, miembro de Anonymous desde 2008.
No obstante, los miembros de Anonymous Spain, que desde hace varias semanas envían comunicados a ciertos medios de comunicación actualizando la información en torno a las distintas operaciones de ataque, ofrecieron la posibilidad de que les enviáramos un cuestionario, al que responderían de modo consensuado.

Respondieron tres administradores del canal #hispano, encuadrados en edades entre los 17 y 32 años, según dijeron. Sus respuestas, desde luego, encajan perfectamente con el discurso que mantienen los miembros de este movimiento de conciencia onlineconsultados hasta la fecha y con el tono de las webs en que participan. Resulta interesante reproducir aquí las respuestas de esta célula de Anonymous a las preguntas que les enviamos para aclarar ciertas dudas. No son portavoces de nada. Pero sus palabras sirven para reflejar el sentir de esa comunidad.

Pregunta. ¿Se puede dar alguna cifra de cuánta gente en España pertenece a Anonymous? ¿Y cuánta a nivel internacional?
Respuesta. Sería imposible dar cifras, y esa es la gracia de Anonymous. Para empezar, hay que recordar que es una organización que no existe y que por definición es una (des)organización. Anonymous no es nadie y puede ser cualquiera. Salvando las distancias, es como una organización insurgente basada en células, compartimos una marca, Anonymous, pero somos gente independiente, que responde a una ideología común y que participa de cada acción particular de acuerdo con si coincide o no con sus convicciones.
Teniendo lo anterior en cuenta, y específicamente en España, si tuviera que dar una cifra, creo que estaríamos hablando de entre 1.000 y 2.000 personas, que van en diversos niveles de compromiso, desde una mayoría que serían los que apoyan nuestras iniciativas en Twitter, Facebook, etcétera, hasta los más comprometidos, que serían algo más de un centenar, los que participan saliendo a la calle con acciones reales como, por ejemplo, la Operación Paperstorm
[distribución de folletos, flyers, pintadas] o las concentraciones de la Operación Demostración [concentraciones en España a favor de Wikileaks y contra la ley Sinde]. A nivel internacional, extrapolando, hablaríamos posiblemente de decenas de miles.

P. De ellos, ¿cuántos participan en los ataques DDoS?
R. Aquí sí podemos dar cifras más exactas. En los ataques del 20 de diciembre contra laley Sinde contábamos con casi 500 usuarios conectados en la Colmena, que es el sistema de comando y control de la herramienta de DDoS LOIC que permite que todos los anonymous ataquen a un mismo tiempo a un mismo objetivo. Este número, no obstante, podría ser más alto, pues habría que añadir la gente que atacaba manualmente o desde Linux.

P. ¿Alguna iniciativa en las acciones de Anonymous tuvo su origen en conversaciones de Anonymous España?
R. Realmente no se puede diferenciar entre Anonymous de tal o cual país. Cuando se plantea una operación, si esta es secundada, recibe apoyos de todo el planeta; hubo apoyos a nuestra lucha contra la ley Sinde en diciembre y aún esperamos más en el futuro. Prueba de ello es esta convocatoria redactada en más de 15 idiomas, en la que han participado anonymous de todo el mundo, en la que se hace un llamamiento a todos los anonymous a apoyar las protestas virtuales contra la ley Sinde.

P. ¿En qué foros o webs os movéis?
R. Nuestro principal punto de unión no es una web o un foro, sino una red de chat conocida como IRC, nosotros lo llamamos el IRC Anonops. Aquí nos reunimos en diversos canales de discusión como #operationpayback o #hispano, este último, el que aglutina a los anonymous españoles; desde ahí se pone en común y se plantean estrategias. Las que son secundadas luego se van distribuyendo a la red por blogs y webs anonymous, hasta llegar a los Twitter y Facebook de anonymous individuales. Es una estructura perfectamente organizada en la que, sin embargo, no existen líderes ni ninguna fuente inicial.

P. ¿Qué diríais a la gente que dice que sois hackers?
R. La mayor parte de los anonymous no son hackers en el sentido clásico de la palabra, son usuarios de Internet como cualquiera, solo que con una motivación para el activismo digital. Lo que sí es cierto es que contamos con hackers entre nuestras filas, por ejemplo, la gente que administra los servidores de IRC y el resto de las redes de comunicaciones encriptadas, o los que programan LOIC [Low Orbit Ion Cannon, aplicación para realizar pruebas de resistencia a una red informática] y las herramientas de ataques. He aquí la grandeza de Anonymous, solo hace falta un genio informático para programar la herramienta, y cuando esta herramienta pasa a ser usada por miles de personas anónimas, aunque no sean expertos a efectos prácticos, es como contar con un ciberejército de miles de hackers que pueden inutilizar cualquier red o sistema informático si se lo proponen.

P. ¿Cuáles son los principios básicos de vuestro ideario?
R. Son pocos y terriblemente simples, lo que permite unificar a la mayor cantidad de gente posible. Anonimato absoluto, que supone, entre otras cosas, la ausencia total de líderes y cabezas visibles en nuestro movimiento; la lucha contra la corrupción en los Gobiernos o en cualquier estructura de poder. La defensa incondicional de la libertad en Internet.

P. ¿Existe peligro de que alguien intente manipular vuestras operaciones desde dentro?
R. Sería imposible, cada anonymous actúa de forma individual, él mismo decide si forma o no parte de una operación de forma totalmente independiente del resto. Si piensas en organizaciones reivindicativas del siglo XX, siempre han corrido el riesgo de que un topo se infiltrara y con el tiempo llegara a formar parte de la cúpula para desbaratar la organización desde dentro; eso sería imposible con anonymous, pues no existen líderes, ni se sigue una jerarquía formal. No obstante, sí sabemos que existen agresiones externas contra Anonymous, como la investigación del FBI abierta a raíz de los ataques DDoS a Mastercard y PayPal, o sofisticados ataques informáticos que hemos sufrido y sospechamos provienen de servicios de inteligencia occidentales; afortunadamente, en estos casos la naturaleza descentralizada de Anonymous también hace imposible cualquier injerencia externa.

P. ¿Cuáles son las preocupaciones actuales de Anonymous?
R. Lo importante, la verdadera preocupación, es seguir luchando por los principios de nuestro ideario, y en función de eso estamos trabajando en varias operaciones. Está en marcha la publicidad de fase 2 de la Operación Sinde, que consistirá en diversas acciones de protesta en torno al día 18 de enero, en que termina el plazo de presentación de enmiendas a dicha ley. A nivel mundial está en marcha la Operación Tunisia, en apoyo a los manifestantes en contra del régimen tunecino: se han realizado ataques DDoS contra diversos sitios oficiales y también se ha elaborado un kit de ayuda informático con programas de cifrado y comunicaciones para los disidentes tunecinos. En relación con el futuro estamos preparando la Operación Quicksilver, que, si tiene éxito, va a conmover Internet, pero los detalles, por su propia naturaleza, son secretos por el momento.
El movimiento Anonymous va camino de trascender el caso Assange y el episodio Wikileaks. La persecución del fundador de la web de las filtraciones, que recientemente puso al desnudo a la diplomacia norteamericana y destapó maniobras, tejemanejes y corrupción en las cuatro esquinas del planeta, ha sido un detonante. Wikileaks representa como pocas organizaciones los valores en los que creen los anonymous:transparencia, derechos humanos, libertad de expresión. La web destapa secretos: si algo le pone a un anonymous es destapar secretos de organizaciones poderosas y ponerlos a disposición de público. Así, Assange se ha convertido en todo un símbolo para los integrantes de esta comunidad.
Wikileaks ha negado en todo momento estar detrás de las operaciones de Anonymous. Su número dos, Kristinn Hranfsson, lo contaba hace un mes en el centro de la organización en Londres. "Ni hemos animado a que se haga, ni tenemos contacto con la gente que lo está haciendo, pero tampoco lo condenamos", contaba, cigarrillo en boca, este periodista de investigación islandés enrolado en las filas de Assange.
Una buena parte de los anonymous se aglutina en torno a la web whyweprotest.net. Hamster se conecta con su iPad a este espacio en que los miembros de la comunidad intercambian ideas e iniciativas. Este joven informático cuenta que el canal 4chan estuvo en el origen del movimiento, pero que la acción se sitúa ahora en whyweprotest. "Cualquiera puede entrar y preservar su anonimato. Eso es lo bueno. La gente se centra en lo que dicen los demás, y no en quién lo dice".
Hamster sorbe su café con caramelo en un céntrico café de Oxford Street. Su iPad está desplegado en la mesa, está continuamente chequeándolo, responde a las preguntas, pero su mirada se va constantemente hacia la pantalla. Muestra una foto de la habitación de su casa: un ordenador, cuatro pantallas. "Así puedes estar atento a varias cosas a la vez", dice, y suelta una entrecortada sonrisa.
Cuenta que hay cerca de 33.000 personas registradas en whyweprotest. La gran mayoría, miembros de Anonymous o simpatizantes de la causa. "Los más agresivos son la gente de Anonops, yo soy menos agresivo". Dentro de Anonymous hay detractores de los ataques DDoS. "Creo que esos ataques nos desacreditan", afirma Magnonymous. "Van a utilizarlos para criminalizarnos y para generar propaganda negativa sobre nosotros". Magnonymous lo tiene claro: "No debemos utilizar la violencia en ningún caso. Cualquier miembro que propusiera utilizar la violencia sería rechazado por el grupo". Hay otro espacio en el que también se mueven los miembros del colectivo: whywefight.net, el blog informativo de los "soldados de la ciberguerra".
Hamster se unió a Anonymous a principios de 2008. Cuenta que lo hizo al poco de abandonar la Iglesia de la Cienciología. "Me di cuenta de que no me ayudaban para nada. Lo único que hacen es convertirte en un idiota y manipularte". Afirma que abandonó la cienciología internamente, pero no de hecho: cuenta que sigue yendo dos veces por semana y que intenta sacar documentación para ponerla a disposición de Anonymous. "Honestamente, a veces me da un miedo horrible. Si me descubrieran, convertirían mi vida en un infierno".
La Iglesia de la Cienciología es uno de los grandes enemigos de Anonymous. La lucha contra esta secta fue lo primero que unió a todos estos ciberactivistas en 2008, y siguen en las mismas. Una lucha que en realidad arrancó a mediados de los noventa, pero que tomó cuerpo en 2008. A los anonymous no les gusta la seudociencia, ni, por lo general, las religiones. Sostienen que la tecnología debe servir para expandir el conocimiento, no para controlar las mentes. Como explica la profesora Gabriella Coleman, antropóloga de la Universidad de Nueva York especializada en el mundo hacker y estudiosa del fenómeno Anonymous, la Iglesia de la Cienciología es la perfecta antítesis de Anonymous, el fenómeno inverso: oscurantismo, ocultamiento, censura. Destapar los secretos de una organización secretista, de una organización religiosa con marca registrada, sostiene, se convirtió en el primer gran desafío de Anonymous. En febrero de 2008, los miembros que se reunían en la Red desde sus casas trasladaron sus protestas a la calle, a la "vida real". Hubo manifestaciones en Londres, Ámsterdam, Berlín, Sidney. "Fue cuando más gente de Anonymous he visto en la calle", reconoce Hamster.
PayPal. Visa. Mastercad. Amazon. PostFinance. La web de la fiscalía sueca, la del partido irlandés Fine Gael, las del régimen tunecino. No hay fronteras para Anonymous. La lucha contra la cienciología les unió. La lucha pro Wikileaks les ha reunido de nuevo. Cualquier ataque a los derechos humanos, cualquier intento de censurar, se produzca donde se produzca, será castigado por ellos con las armas que tienen a su alcance. "Si hubiera una revolución", dice Hamster, "Internet nos proporcionaría la tecnología".
Operaciones recientes

6 y 7 de diciembre de 2010. Operación Payback (Venganza): Ataques DDoS contra Paypal, Mastercard, PostFinance, Amazon y Visa. Las webs de la fiscalía sueca y del abogado de las dos mujeres que presentaron cargos contra Assange también fueron atacadas.
18 de diciembre de 2010. Operación Paperstorm. Flyers y pintadas para dar a conocer a Anonymous y su lucha por la libertad de Assange.
Mediados de diciembre: Operación Leakspin, para dar a conocer el contenido de cables de la diplomacia norteamericana que pasaron desapercibidos.
20 de diciembre: Operación Sinde: Ataques DDoS contra las webs de PSOE, CiU y del Congreso de los Diputados.
2 de enero de 2011. Anonymous anuncia la Operación Tunisia y colapsa las webs del régimen tras la inmolación de un joven tunecino.
8 de enero de 2011. Operación contra la página del partido irlandés Fine Gael.

webs
www.whyweprotest.net
www.4chan.org
www.whywefight.net

18 de gener, 2011

De pie con la libertad. De pie con Anonymous


De http://www.whyweprotest.net

 

Para los tiranos, los oprimidos no tienen nombre.



Desde su nacimiento, el internet ha provisto a las personas de todo el mundo de nuevas maneras de ejercer los derechos de libre expresión, libertad de prensa, y libertad de reunión. Estos derechos no son simples beneficios de una sociedad libre --ellos mismos son los medios para preservar la libertad de esa sociedad. La creciente interferencia del gobierno con estas libertades coincide con la incapacidad de los medios corporativos de cumplir su rol vital en la investigación del abuso de autoridad. La censura y renuncia periodistica han dejado a los ciudadanos inconscientes e incapaces de hacer responsables a sus gobiernos.


WikiLeaks se ha movilizado para llenar el vacío dejado por los medios tradicionales de noticias, proveyendo la información necesaria para que los ciudadanos hagan responsables a sus gobiernos. Aún asi no se le ha garantizado las protecciones legales generalmente provistas a los periodistas. En cambio, la organización ha sido vilipendiada y su mantenimiento monetario ha sido bloqueado por corporaciones privadas y gobiernos. La amargura dirigida a WikiLeaks demuestra un perturbante desaprecio por la libertad fundamental de intercambiar información y expresar ideas. Los miembros de una sociedad libre deben impedir que la información sea suprimida simplemente porque no le conviene a aquellos que están en el poder. Nosotros compartimos la responsabilidad de defender las libertades vitales. El momento de actuar es ahora.


Somos Anônimos, um movimento sem líderes que tem trabalhado incansavelmente para se opor a todas as formas de censura na Internet em todo o mundo, desde abusos da DMCA à filtros de conteúdos exigidos por governos. Nossas iniciativas incluem o apoio a grupos dissidentes no Irã, Zimbábue e na Tunísia, bem como travar a batalha da informação altamente visível contra a Igreja da Cientologia. Estamos agora preparados para levar a luta para o cenário mundial. Junte-se a nós em 15 de janeiro para o primeiro de uma série de protestos globais em defesa da WikiLeaks e a liberdade de expressão. Esteja conosco para defender suas liberdades.


Somos Anónimo Y tu también

15 de gener, 2011

TIQQUN: UNA AVENTURA POLÍTICA

(sobre « Teoría del Bloom » e « Introducción a la guerra civil »)
Publicado el 24.12.10 , por Jordi Carmona Hurtado



« Vivir juntos en el corazón del desierto, con la misma resolución de no reconciliarse con él, esa es la prueba, esa es la luz. » Teoría del Bloom, p. 126 Con Tiqqun, si tenemos el coraje de leer seriamente, necesitamos para empezar reaprender a ser filósofos, al menos en el antiguo sentido socrático que significa poner toda nuestra atención en el arte de las preguntas. Pues ¿quién es Tiqqun?, ya es una mala pregunta, un planteamiento inadecuado del problema. Tiqqun no se presenta como un autor o un colectivo de autores, y en este sentido hay ya una fuerte carga de anonimato en el gesto: Tiqqun no es el nombre de un quién, sino de un qué, que puede en principio ser adoptado por cualquiera. Entonces, Tiqqun es en primer lugar el nombre no de un autor sino de una posición subjetiva o de una posición de enunciación. He aquí una manera paradójica de entender el anonimato: no es anónimo el que no tiene nombre, sino precisamente el que decide un nombre, el que vive desplegando la idea que contiene un nombre. Asumir este nombre comporta una serie de exigencias que vienen no ya de la responsabilidad individual del autor sino de lo que el nombre Tiqqun lleva o porta consigo, lo que revela, lo que hace. Pues Tiqqun es el nombre que se da en la tradición mesiánica hebraica a la redención, a la justicia final o radical, la Justicia mayúscula en todo caso, la que atraviesa la historia de principio a fin cumpliendo la redención: ésta es la altura a la que se encuentra llamado a situarse quien adopta esta posición. Entonces, bajo un segundo aspecto más profundo, Tiqqun es un medio (que habría que entender como medio vital, no sólo simbólico) lanzado para propiciar las palabras y actos de intelectualidades emparentadas que deciden incorporar esa tradición mesiánica : no ya un qué por tanto sino un cómo, una cierta tonalidad de exposición tanto existencial como política que busca una comunidad por venir agitando las ya constituidas y tratando de recoger las voces de las luchas que no tiene cabida en ellas. Tiqqun se inscribe en el espacio de articulación de los discursos, las formas y las luchas que dejaron vacío las vanguardias del siglo XX. Desde este espacio trata de responder de un modo nuevo a la vieja exigencia filosófica de coherencia entre el pensamiento y las prácticas : en este punto no se tratará de realizar la filosofía como ciencia sino más bien de hacer comunidad con el pensamiento, en lo que éste tiene de elemento en devenir, inasignable, no institucionalizable. Hacer del pensamiento literalmente una práctica política, ese es tal vez el reto que se ha comenzado a lanzar con Tiqqun.
Este planteamiento encontró lugar en una bella revista publicada en francés de idéntico nombre y breve existencia, sólo dos números: Tiqqun1 en 1999, Tiqqun2 en 2001. Pero la revista Tiqqun no se extinguió sino para hacer nacer una rica descendencia en la que algunos de los conflictos de interpretación de esta práctica política se han revelado con otros nombres al modo de trayectorias existenciales dispares, que recientemente empiezan a conocerse de la manera más o menos confusa a la que nos tiene acostumbrados el espacio público. Con estos primeros dos libros traducidos al castellano, el lector de este país tiene la oportunidad de comenzar a formarse su idea.
Teoría del Bloom es un artículo de Tiqqun1 ampliamente revisado para la publicación en libro. Se trata un estudio de un solo tipo : el hombre anónimo contemporáneo, tomado en una inmediatez fenomenológica, que Tiqqun pasea por los restos que encuentra accesibles en la literatura y filosofía occidentales recientes. El texto es fragmentario, plagado de citas declaradas o veladas, como apuntes de lectura balizados por hallazgos poéticos y fórmulas sintéticas. En el fondo la pregunta que recorre el libro es existencial, y se quiere radical : ¿qué significa ser hombre hoy, aquí? La respuesta no es original: significa ser el último hombre, el hombre del nihilismo consumado, la existencia inauténtica y desarraigada por excelencia. El Bloom es un ser atrapado entre las tenazas de la apariencia del Espectáculo y las de la “nuda vida” del Biopoder. Tiqqun recoge los diagnósticos intelectuales más apocalípticos, para tratar de llevarlos todavía un paso más allá: el panorama es desolador, pero al menos no hay consuelo en él, ni siquiera el consuelo de la lucidez crítica. La única opción : politizar activamente el Bloom, aquello que la figura con nombre Bloom trata de detectar como una sonda en la existencia y la cultura contemporánea. Los modos de politización indicados por el texto son dispares: desde la posibilidad de una potencia política del “acto loco” a la invocación de la figura del Trickster, el Bloom que se asume y juega su condición. Pero lo que pide ante todo el estudio del Bloom es una decisión, un gesto que corte ; si el Bloom es “ese Se que es un Yo, ese Yo que es un Se”, toda política del Bloom parece plantearse desde una voluntad existencial de soberanía, de heroísmo, que implica también un declarar la guerra al Bloom, como indica el epílogo a la edición italiana que se incluye en la edición.
Y tal vez sea éste uno de los rasgos más definitorios de la aventura política de Tiqqun: introducir el elemento ético diferencial en el seno de la lucha política. Lo irreductible que tiene este elemento ético sería su fundamento, la condición de existencia de una política en estos tiempos conformes, conformes también a menudo con la infamia. El problema, y también lo más esperanzador de la tentativa, es que este elemento ético no se confunde con el ethos de origen que asigna y encadena a cada individuo o comunidad a su situación social. Se trataría más bien de un ethos por encontrar, por crear. La cercanía con algunas de las tesis de Agamben se vuelve en este punto evidente, si bien el pathos guerrero nietzscheano en este planteamiento del problema ético nos impide clausurar las posiciones.
En Introducción a la guerra civil Tiqqun cartografía – también mediante un análisis fuerte de las secuencias históricas de la dominación – algunas grandes líneas del espacio de esta lucha ético-política que no es más que  “una cierta intensidad en la elaboración de las formas-de-vida”. Para Tiqqun lo más político es la guerra civil, la stásis, previa a todo Estado. En este texto, extraído de Tiqqun2, hay una mayor voluntad sistemática, una dirección más clara articulada mediante una sucesión de tesis y glosas; en algunos puntos también, especialmente en el último apartado, una verdadera felicidad en la expresión. Lo que Tiqqun llama política extática, política existencial en el sentido de que comienza con un gesto de apertura, de salida de sí, de exposición del individuo impersonal a lo común de una finitud que lo delimita y le da un lugar, se contextualiza en este punto. Pues si bien las relaciones de poder contemporáneas se dan en el seno de un espacio imperial, el Imperio no es el enemigo, sino un ambiente hostil, y el poder que ejerce consistiría sobre todo en atenuar con formas pretendidamente neutrales (democracia parlamentaria, Estado de derecho) la intensidad de las formas-de-vida, con la única función de contener la guerra civil. La política sería entonces la revelación práctica de la guerra en curso, en primer lugar en lo que toca al partido que en realidad ejerce su soberanía constantemente sobre los otros bajo la aparente pluralidad que posibilitarían según la publicidad los mecanismos de gobierno : el partido imperante que toma la forma-de-vida del empresario u hombre de negocios. Es la política, que en la tradición schmittiana, comienza con la demarcación entre amigos y enemigos. Se trataría entonces de elaborar en el seno de la hostilidad imperial generalizada un espacio político de amigos y enemigos, en un elemento de verdad, de articulación comuntaria entre el pensamiento y las prácticas. Habría entonces una especie de división del trabajo político de Tiqqun: entre lo que nombraría el Partido Imaginario, la comunidad de los que no tienen comunidad, y lo que nombraría el Comité Invisible, la fracción más directamente revolucionaria de este Partido.
Este despliegue de nombres políticos dibuja un espacio complejo, difícil de situar de modo preciso. Pero no dejamos de aprender que los nombres políticos precisos son también los menos vivibles. Hay mucho de llamada en este espacio indefinido, muchos huecos en él que podrían ser promesa de comunidad: sobre responder o no, y de qué manera, ya depende de quién lea. Pero la cuestión de qué hacer con lo que se lee no podrá ser eludida tan fácilmente en este caso.

12 de gener, 2011

A l'intérieur

Del blog Mi vida en la penumbra de Vicente Muñoz Álvarez




Sin duda alguna, Francia se ha convertido en estos últimos años en la mejor y más sólida factoría de cine de terror del planeta, dejando a la altura del betún a sus competidores europeos, asiáticos y norteamericanos.

Varias películas muy por encima del nivel acostumbrado avalan esta teoría: las truculentasAlta tensión, Mutants y Frontièrs, entre otras, y sobre todo las estremecedoras Calvaire y Martyrs, que de algún modo han revolucionado el concepto del cine de horror, devolviendo al género la seriedad y contundencia de antaño.

Aunque quizás la más inquietante y oscura de todas ellas sea À l'Intérieur (Inside, 2007), de Alexandre Bustillo y Julien Maury, una pesadilla morbosa e insana que realmente estremece y congela la sangre en las venas.

Un accidente de tráfico, un embarazo traumático, una casa aislada y una mujer de negro en la noche... A partir de ahí, los debutantes Bustillo y Maury van tejiendo una tela de araña asfixiante y terrible, verdaderamente angustiosa, que atrapa al espectador desde el primer hasta el último minuto del rodaje, regalándole abundantes dosis de sangre, terror y espanto.

Una película inolvidable e imprescindible para todos los amantes del género, que no debe faltar en vuestra videoteca.


À l'intérieur in You Tube

07 de gener, 2011

EL FALSETE Y EL CORCHO (Víctor López)

         
Te escribo Pepe esta carta, carta a una tercera persona de amor,  que no quedará por suerte en los anales de la literatura porque en ella no se encontrará, ni una simple palabra que nos pueda sorprender o zimbrear. Me han sorprendido y agradado tus frases “aliguera mangui que no hay pan duro” y tu vocabulario fuerte de sabiduría de calle y caló, “tanca la burda” que he respetado con tu “egalité” y republicanidad nutrida en Francia, pero en el umbral de esta burda que tu has escupido por la boca y con tus colonias de lavabo en la mañana,  estoy yo con un matrimonio roto por equivocación y culpa mía y con un amor sabio y multilingüístico que nunca creí que a mi me tocara y admirara.
La quiero, a esta mujer que camina torpemente pero piensa con gran claridad, con tanto amor que hasta con ella he debido y sabido  callar mis armajales terrenos. Por y para no dolerla; y es que hasta el duelo que hemos padecido ella y yo y un seguro amor que aún me tiene es mayor que las películas que hemos ido a ver y los taxis que hemos cogido juntos para llevarnos a su casa y no cumplir como un hombre como debería haber hecho. Esto no es literatura de cordel Pepe, son palabras encastadas con el encéfalo y no encartadas y siento y me duele haberte aceptado en mi casa creyendo tu gran bondad que aquí pudieras morir pero mi camino –palabra que me recuerda a Escribá de Balaguer- y su pensamiento que nunca tuvo en cuenta la gran obra El Criterio de Balmes y La agonía del cristianismo de Unamuno- debe seguir una vía, una vía que con el dinero actual no me llega y con soledad y muchas cuentas, tanto buenas, como malas sí me llegaría.
         Lo hemos hablado por hache y por bé y hasta por letras creadas por nuestra inteligencia y camufladas en los alfabetos inexistentes que intentaré, cosa que creo será difícil por el sobrinismo que sé que me mantienes, explicar. Tienes que dejar amablemente y con amistad mi casa. Tengo una vida con dos mujeres, que no son mi madre y mi amante, que sacar adelante. Mi Elena, que nunca la tuve que haber dejado con un cáncer de pecho seguido de un matrimonio más infeliz que con el que conmigo mantuvo y una lesión psiquiátrica que por mucho Freud y Adler que lea no entiendo y no he sabido ayudar, y una mujer maravillosa de ojos verdes y piel blanca, que trato sin armadilla, como la nieve de la virginidad que me ha derrotado por el amor que no le sé mantener.
No quiero, en los años que como a todo el mundo me tocará vivir aún, defraudar a nadie. Al margen de mis carnales pero no pecadores amores tengo una hija que debo recuperar y una Elena a la que debo ayudar con todo el esfuerzo económico que pueda.
      Te doy las gracias por haberme ayudado sobretodo fregando los platos y cuidando de la limpieza del piso, y ves que esto lo digo con un éustilo cinismo enorme porque en tu vida has sabido fregar un lavabo, una cacerola, un puchero o una tartera y recogiendo trastos de la calle que no nos son de ninguna necesidad, pero no soy un banco y no me resulta cobrar lo mismo que hace tres o cuatro años y gastar sin piedad todas las facturas que me llegan sin nosología con ambición de desposeer a aquellos que tenemos una nimia querencia, esa querencia que nos sostiene y nos ayuda a vivir porque es nuestro techo, pan y piso.
         De boquilla tienes amigos mejores que yo pero ninguno te ha dejado un piso para dormir o una sencilla habitación para descansar aunque fuera pagando. Eso sí te han invitado a todas las cervezas y vermuts con pancismo, que has querido y sobrado y lo mismo has hecho tu con ellos y ellos, sean comunistas como tu o no, tampoco tienen idea de hacer las faenas de casa y sí de hablar incansablemente riendo de asuntos que desconocen y de vidas que no les importan.
No te culpo de no ser un manitas, ni de no saberte hacer la cena y de mantener la nevera abierta durante diez minutos por no saber sacar nada de ella, soy ya Pepe, “mon chère enemi”, una persona mayor que se pone muy nerviosa con tu inefable lentitud cuando abres el frigo y no sabes qué hacerte. Me recuerda una mocedad sin acabar de construir, me recuerda los niños bebés y tontos que echan, sin conocer y desconocer causas, a correr. Yo sólo tengo una mano y es la más inútil de las dos. Qué quieres que le haga, pero sí te culpo de que con la edad que tienes y no reconoces tengas ganas de que te mimen, te hagan comida, te arropen, te limpien y sobretodo no tengas idea del gasto de electricidad.
La democracia, has de saberlo porque en Francia, la cuna de ella, has vivido, y te vanaglorias, por tu oficio, chófer de embajadores americanos, haber conocido el Paris más selecto de buenos güisquis, según me has confesado bourbons, y no de Kantenbraus y Kronenbourgs que bebían los franceses con sus “canons” auvergnats que en mi infancia concí, para emborracharlos y poder seguir tirando la miserable vida palante  no es sólo votar, ni tan siquiera saber votar, cosa que a mi mucho no me ocupa porque nunca he votado, ni siquiera,
a diferencia de ti, he criticado los ministerios, ni a los galopos funcionarios que en su vida han sabido trabajar y sólo han querido estar sentados en una cómoda silla que les diera de comer. Es también y me parece que no lo tienes muy claro, saber escuchar y asimilar y comprender lo que te explican, no para girarse y dar la vuelta, como hacen los alcohólicos a todo lo que les han dicho, sino para pensar seriamente si en alguna parte de la argumentación aquella persona que te la esponja lleva razón.
         Me sabe mal que por mil palabras que te haya dicho no hayas sabido guardar mi troje de silencio y que con tu ya larga y gran edad, porque hasta con una monja, te casaste, que no eres un niño ya y ni casa donde caerte muerto tienes, no hayas entendido nada en toda nuestra relación que entendieras.
Sé que te acordarás del grifo que me diste y del teléfono fijo que me regalaste con la memoria de elefante que tienes pero yo no le doy valor a la memoria y sí al dinero que puedo obtener de los “ruskys”, como tú los llamas, a los que puedo dar buenas clases de español. Un español sin pancarditis. Unos rusos a los que he debido negarme a darles clases.
Las ganas de que te mimen y te hagan comida de acuerdo con tus gustos de “bon vivant”, potajes que en tu peleona vida no has sabido hacer,  y de grandes restaurantes, a la hora y minuto que tu deseas, sin que comida alguna te satisfaga me dueluen y desagradan. Sé que me has ayudado con las trompas que hemos cogido los dos pero yo debo por obligación pensar en mi futuro y desde luego la memoria puede acordarse de todo y no responder a nada.
Siento disentir contigo en muchísimas cosas, no en las apreciaciones políticas de la realidad, pero la política es tan poca cosa para mí en este mundo de cornudos amores que no le doy importancia, así llevo más de trece años sin votar.
Y es que la memoria puede acordarse de todo y no responder a nada y yo quiero que tu memoria responda a saberte hacer cenas que no dependan del alcohol alimenticio que usas para alimentarte.
  No puedo aguantar este ritmo y no quiero dejar de tomar una copa de cava en Navidad. La democracia al margen de votar y expresar opiniones más o menos válidas o acertadas es saber fregar los platos que siempre eternamente quedan para mañana y son de uso comunitario. Siento que te hayas hundido, por voluntad propia, he de decirlo, en la categoría de los no tengo dónde caerme muerto, con todo el dinero que has ganado y en los casinos has gastado y también comprendo con mi corazón de “granmalparit” que a ti te duelan los sin casa y los acojas en la mía. Tu siempre más pero creo que desde pequeñín los he conocido mejor que tu. Comprendo tu propiedad caritativa de acoger a los sin techo pero la democracia también es saber escuchar y saber aceptar los caminos que los otros, en este caso yo, los demás quieran definir. Mi camino es, y quiero que sea, con alcohol e hija, o sin ellos, el de caminar sólo y aprovechar, sin bancos donde me tenga que sentar ni aliento reponer el poco amor que me pueda quedar con mi amada Marisa.

04 de gener, 2011

Repúblicas forestales (Carles Guerra)





D'Espai en Blanc:


Reconocer el anonimato plantea un problema empírico, que sólo puede ser remediado mediante un acercamiento a sus formas más caracterísiticas de territorialización. Gilles Deleuze respondía a Claire Parnet que los perros son un modelo de territorialización fácilmente confundible con una forma de producción estética. Él decía, fíjate cómo levantan las patas traseras para orinar y marcar un lugar, cómo huelen las esquinas, cómo se mueven. Esa danza es una forma de arte que demarca un espacio, aseguraba frente a la cámara. Sin embargo, éste es un espacio que no se deja reconocer ni comprobar empíricamente. Sería una especie de territorio como aquél que definía Bruce Chatwin en su novela sobre Australia, The Songlines. Los mapas de las tierras que han pertenecido a los aborígenes no encierran el territorio dentro de un perímetro, sino que lo cruzan con canciones y relatos que convierten el lugar en un plato de espaguetis, tal como decía Chatwin. Cada lugar representa un espacio atravesado por diferentes historias, que ni siquiera le pertenecen a un solo individuo. Se trata de canciones heredadas desde tiempos ancestrales, nada parecido a las escrituras de propiedad.
Pero esta forma de territorialización no se corresponde únicamente con seres primitivos, animales o culturas en riesgo de extinción. Felix Guattari aseguraba en Las tres ecologías que el rock and roll ejerce una forma de territorialización parecida, mediante la música y unos estilos de vida definidos por poses, estéticas y formas de hacer. Se trata de un territorio existencial, decía Guattari, donde se erigen espacios vitales que guardan una relación antagónica con las formas de vida dominantes en el capitalismo, y que pueden llegar a constituir mundos virtuales desarrollados en el seno de otros estilos de vida hegemónicos. Esa tendencia constante hacia la desviación podríamos encontrarla de nuevo en los textos de Michel de Certeau. Resulta especialmente elocuente su ascenso al ya desaparecido rascacielos del World Trade Center, justo después de terminada su construcción. Desde el piso 110 Michel de Certeau miró hacia abajo y comprendió lo extraordinario de una creatividad espontánea que ante sus ojos se encarnaba mediante el movimiento de los peatones. A pesar de desplazarse por los entresijos de la cuadrícula urbana, aquellos individuos conseguían inventar sus caminos. Pero inmersos en una bruma, escribía de Certeau, desconocen e ignoran que su escritura involuntaria está siendo leída desde un punto de vista privilegiado por la concentración de capital económico y tecnológico que, a fin de cuentas redunda en un punto de vista privilegiado escópicamente también.
Entonces, la cuestión es, ¿existe un anonimato que no despierte el hambre de un aparato de interpretación y vigilancia ávido de dar forma permanente a esas experiencias que no la tienen? El fuerte carácter transicional del anonimato hace que sólo pueda ser abordado mediante una historia natural que recrea todo aquello que le rodea, pero en ningún caso puede uno imaginarse cuáles son sus objetivos, intenciones o planes, si es que los tiene. Darle ese tipo de identidad organizada equivaldría a traicionar su verdadero potencial, un potencial que no siempre se anuncia como una forma de vida deseable, atractiva o conciliadora. Al contrario, puede que sólo revele la crudeza de su transicionalidad. Por eso los ejemplos tampoco pueden describir el anonimato. Uno sólo puede abrir el periódico y sorprenderse de que el anonimato existe. Puede que sus motivos no lleguen a ser transparentes o susceptibles de una reconstrucción racional, pero su capacidad de interpelación está fuera duda.
Tal como ocurrió en la primavera del año 2006, cuando los asaltos a viviendas desataron la alarma social entre los medios de comunicación. El sigilo con el que se producían creó una verdadera psicosis. Las noticias daban cuenta del miedo en aumento. Un fuerte sentimiento de indefensión se apoderó de aquellos que vivían en urbanizaciones. Los robos no sólo comportaban una intromisión en las viviendas sino que, en palabras de algunos afectados, llegaron a constituir una violación difícil de explicar. Después de un asalto el hogar se percibía menos propio. Algunos propietarios sentían que aquella residencia ya no era su casa. Una mujer entrevistada por el diario La Vanguardia confesaba su malestar tras haber tirado toda la comida de la nevera al descubrir que los atracadores habían comido de ella: “Del asco que me dio, tiré toda la comida que tenía a la basura, incluso la que estaba envasada” (27-05-06).
En este caso, la detención de cinco hombres de origen rumano alivió la tensión. Se sabe que los medios de comunicación suelen rubricar los acontecimientos como si estos fueran objeto de un relato. Pero lo más inquietante fue que se les hallara en medio del bosque. En las cercanías de Maspujols “vivían como auténticos guerrilleros” (27-05-06) y allí mismo guardaban los objetos que robaban. Camuflados entre la vegetación se encontraron hasta diez coches, aparatos electrónicos y equipos informáticos. Tal como informó la prensa, estos individuos abandonaban el escondite por la noche y andaban largas distancias para llegar a los vehículos que utilizaban en sus desplazamientos. El hecho de que los ladrones viviesen en el bosque –declaró la policía– había dificultado extremadamente las investigaciones. El origen de aquella “percepción subjetiva de inseguridad”–como dijera el director de la Guardia Civil, Joan Mesquida– había sido localizado entre matorrales.
Sucesos como este conceden al bosque un lugar en el catálogo de nuestros miedos modernos. Su imagen irrumpe como una pesadilla. Por un lado se confirma su tradicional caracterización opaca y sombría; por el otro, despierta connotaciones ambiguas y amenazadoras. De repente, una masa de vegetación natural se ha convertido en la casa del otro: el inmigrante, ilegal, extranjero, desconocido e invisible. Las zonas boscosas adquieren en este punto del relato un potencial táctico para los más vigilados y estigmatizados. Un lugar oscuro y seguro a salvo de la mirada panóptica que en nuestra sociedad rastrea hasta el último rincón. De modo que el bosque se acopla a la imagen siempre incompleta del extranjero. Si, como diría Giorgio Agamben, nuestras leyes lo privan de humanidad, la definición de esta figura compleja que es el inmigrante se compensa con un perfil que lo identifica como un objeto natural, confundido, mezclado e hibridado con un espacio forestal.
Este imaginario que priva de visibilidad a los extranjeros toma cuerpo en puntos neurálgicos de las rutas migratorias. Al sur de Europa, cerca del enclave de Ceuta, y al norte, en el paso de Calais que permite cruzar al Reino Unido, hay bosques que sirven de refugio a los inmigrantes. Acceder a ellos es prácticamente imposible. Charles Heller, que llegó a Bel Younech realizando un documental sobre el tránsito de subsaharianos a través de Marruecos, estuvo a punto de conseguirlo. Un número de móvil de otro inmigrante fuera del campo le sirvió de contraseña. Pero a punto de franquear el estricto control que imponen los ocupantes del bosque, la policía marroquí inició una redada. Muchos mueren al caer perseguidos con armas de fuego. Sus precarias construcciones son quemadas y arrasadas. Sin embargo, esta “organización forestal” funciona como un espacio autónomo que permite esperar el momento en el que se cruzará al otro lado de la frontera. En la improvisada sala de espera que es Bel Younech se calcula que puede haber, en función de los diferentes periodos del año, cerca de 800 moradores. Muchos se quedan durante meses.
En la región de Calais también ha aparecido un campo informal tras los acuerdos de Schengen y el cierre del centro de Sangate. Durante el día se les ve avanzando por las vías del tren. Los habitantes de la zona se quejan del “perjuicio económico” mientras los activistas organizan la ayuda para los que se atreven a dejar “la jungla”. Mientras tanto la policía francesa se adentra y persigue a los que malviven allí. Entre 200 y 400. Si alguno de estos consigue infiltrarse de polizón en el Eurotunel, el trayecto hasta Londres durará 38 minutos. Otros invierten, empleando otros medios, un mínimo de tres semanas. La paradoja se hace más dramática si consideramos que estos campos, por no llamarlos centros de internamiento consentidos, suelen estar ubicados junto a infraestructuras que mueven mercancías y personas con un alto grado de eficiencia. Cerca de Bel Younech se está construyendo el megapuerto Tanger-Med, uno de los mayores centros de logística previstos en el Mediterráneo.