Respecto al influjo de la intriga en una narración, me
atrevo a decir que en general la marca demasiado, le resta libertad, la
convierte en género. La intriga se alimenta de sí misma, determina todas las
páginas y casi todos los párrafos, es reacia a las intrusiones que aparten la
atención del enredo y exige una escritura dinámica y un tanto simple, puesta al
servicio de un propósito muy definido. Se puede decir que en la narración de
intriga lo no leído es lo que tira de la lectura y el placer de ésta es devorado
por el ansia de resolver el enigma. Es como comer para saciar el hambre, y por
tanto crea un género para personas literariamente hambrientas e indigentes.
(Extret de http://neorrabioso.blogspot.com.es/)
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