11 de març, 2010

El embarazo interminable de la humanidad (Víctor López)




El embarazo interminable de la humanidad, el tronco y la raíz de todos los males que lo sujetan y residen, por lo que repecta a la psiquiatría en el estado anímico que denunció torpemente Freud y su incansable e inadjetivable ranera, no tiene solución, ni feto ni ser
La única que veo desde mis ojos ciegos de NADA es el pesimismo ilustrado y musical. La pausa de la edad y la llufa y aventura de la madurez que sabe contar con precisión y exactitud, que conscientemente buscando un idioma pobre y sencillo de excursiones mentales, halaga el silencio. Silencio para deshacernos de la astronomía de las circunstancias.
La historia ausente de la que a partir de ahora beberá la hermana Antonia. Los muebles no escriben, las sillas no escriben y la hermana Antonia es la que me enseñó a contar ya no escribirá más. La religiosa que me enseñó a contar números ha muerto y nadie contará su historia. A partir de ahora será una historia ausente. Descanse en paz.
Sólo puede estar en la gloria de Dios quien está muerto. Dios no tiene brazos, es un amputado que conserva el estómago y su sentimiento irracional, su pensamiento, su intuición, su sensación y su ego. Su vocabulario de hambre, que quiere poseer a todo el mundo en su seno, es su tensión energética y su misticismo que busca el alma porque sabe que peca y el pecado es una separación del ser… es un marabarista del nihilismoque no busca la superación.
Dios no se marida con las penas de los desheredados. Los absorbe en una furtiva acción porque aunque no tiene brazos posee estómago y tiene hambre. Qué triste es y que feo aspecto tiene y que diferente es cuando pensamos en el cuando estamos en el  lecho de muerte.




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