18 de març, 2010

La música y las emociones que transmite (Víctor López)

8. La música y las emociones que transmite son infinitas. Inacabables sus rompimientos de ritmo, sus armonías, contrapuntos, acordes, sus subidas y bajadas de volumen, energía, estado de ánimo, sus instrumentos, sus danzas, óperas, poemas sinfónicos, clavadas de piano. Es tan largo el viaje y tan disciplinado. Las repeticiones.
Siempre se puede encontrar un valor rítmico. Un valor absoluto, sea en el ritmo y sus cambios  o en el timbre o en la concepción de las escalas, mayor, menor, que sirva para extender una melodía, una sonata, una sinfonía.
Con la música que jamás he estudiado porque es un emocional hijo que nunca he podido tener, un traspiés deformado en suicidio, en mi poca capacidad artística no me ocurre como con las letras.
La música y la originalidad que quiero concebir con ella la veo más resuelta y acabada. Los temas y sus notas, gracias al analfabetismo que Octavio tiene, que los sostienen, los ve mejor acabados. Con la literatura le vienen especies de reposos que sólo puede llenar con lecturas. Este espectácuulo de silencio no lo posee la música. La música le recuerda un Dios en el que no cree ni comprende. Wagner contra Nietzsche. Siempre puede llenar con breves notas. Octavio ha leído demasiadísima literatura, ¿y para qué le ha servido? Siempre puede llenar con breves notas, modificar con cánones. Y es que la música, de hecho Octavio cree, aunque sea tópico, como todas las artes, enormemente rica. Es paciente como la capacidad de una sombra. Y aquí Octavio, escribió de Bartok y de Bach que supo supurar y superar con notas absolutas los pequeños trayectos que en este mundo feo construido con mala leche recorremos sin saber aún porqué.

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