27 de setembre, 2010

Armónica (Víctor López)

He aprendido a tocar menos que bien la armónica. El único instrumento que se puede tocar con una mano pero no con distonías. Con la música no me ocurre el sentido de provisionalidad que tengo con la literatura.  Empiezo a entender el esquerpo espíritu de los compositores. Su matemática frialdad que quiere que suene la orquesta como ellos se imaginan. El ladrón cree que todos son de su condición. Su desesperado trabajo por cuadrar simétrico. Emocional notas. Sin orden no hay concierto. Soy un desgraciado analfabeto. Puedo tocar cuando mi espíritu se encuentra bien, llano, pleno de preocupaciones industriales, económicas, lloros interminables por amor a Marisa Climent pero no sé escribir música. Todas las sensibilidades que me salen y brotan sin yo ser consciente de ello.

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